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Ixuxú

Silvela

Recuerdo hoy, a cuenta del uso amedrentador de la Justicia, a don Francisco Silvela?

Pero no al don Francisco Silvela gallego-astur que conquistó la capital desde Fruela a Uría con sus almacenes Silka; que llegó, casi de la nada al Everest de la presidencia del Oviedo Balompié; al Silvela que Teo recibió en el hall de la Ópera, y al que los "exquisitos", admitieron como socio en el recalcitrante Club de Tenis del Real Carbayón?; ni me refiero a su hijo, Paco también, exquisito "diletante", que divide el goce de sus días entre sus posesiones y colecciones de Villaviciosa y Gijón?

Al que quiero hoy recordar a gritos es al Francisco Silvela político conservador, jefe de Gobierno de S. M., que finalizando el siglo XIX, entre caciques, escribió: "La Justicia en España no está instituida para otra cosa que para servir a los amigos y perseguir á los adversarios".

Año 1.900, Jefe del Gobierno, político conservador. Servir a los amigos y perseguir a los adversarios. ¡Qué actual! ¡Qué horror!? Unos por la carrera; otros por el panchón?

¿No pasaron los años?. ¿Estamos como hace ciento quince? Peor, porque en el resto de las naciones civilizadas se dividieron imperios, cayeron tronos, corrieron los años..., y hasta el Papa de Roma y el Obispo de Madrid, (¡Rouco, no!), se "aggiornaron", mientras que la Justicia patria sigue en Silvela.

Para recuperar el pulso, buen nombre y honorabilidad de la Justicia y la Nación es menester superar dialécticamente el reciente apaño, lanzando al mañana el ideal de la República Federal de las Naciones Ibéricas?

Ínterin se alcanza, evitemos que la Justicia se utilice para "acomodar y servir" al amigo y "acollonar y amordazar" al adversario, sea político (Mas) o comité de huelga o sindical.

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