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Fernando Granda

Guatemala no es buen ejemplo

A propósito de la forzada dimisión del presidente Otto Pérez Molina y su posterior encarcelamiento

La forzada dimisión -según algunas fuentes, destitución- del presidente de Guatemala Otto Pérez Molina, y su posterior encarcelamiento debido a presuntas implicaciones corruptas, pareció dar una apariencia del funcionamiento de un sistema democrático modelo en el país centroamericano. Además, días después se celebró la primera vuelta de nuevas elecciones. En España entonces se oyeron y publicaron elogios sobre la rapidez y eficacia en el cumplimiento de la legalidad de las instituciones guatemaltecas. Y enseguida aparecieron algunas comparaciones con nuestro sistema político y su lasitud. Pero la realidad es otra y en el "país de la eterna primavera" la democracia parece que solamente es una figura retórica para repartirse el poder entre unos oligarcas totalmente ajenos al pueblo autóctono.

Una oligarquía formada por empresarios, finqueros y militares hace y deshace sin contar con las gentes nativas, descendientes de los primitivos mayas, perseguidos hasta casi su exterminio. Han pasado casi veinte años pero no han cicatrizado todavía las hondas heridas de la larga guerra civil en la que durante 30 años la poderosa maquinaria oligárquica intentó eliminar a la población indígena. Desde finales de los años 60 hasta 1996 en que se firmó la paz, los departamentos con mayoría de población autóctona fueron arrasados, sobre todo comarcas de San Marcos, Sololá, Huehuetenango o el Quiché. Gran parte de estos perseguidos pobladores huyeron hacia el sur de México pero allí fueron capturados muchos de ellos, devueltos y concentrados en las Aldeas Modelo así tristemente conocidas. Otros fueron retrocediendo hasta internarse en las profundidades de las montañas huyendo de las masacres, en las sierras de Chamá y Cuchumatanes.

Dejaron así los extensos terrenos para las compañías fruteras extranjeras, los narcotraficantes y miembros de un ejército corrompido en gran parte por los anteriores. Sin embargo, estos pobladores huidos a zonas deprimidas formaron para sobrevivir las llamadas Comunidades de Población en Resistencia o CPR y se organizaron en comités locales, de zona y de área. Instauraron una educación con clases en improvisados refugios e impartidas por quienes sabían leer y escribir, por los que tenían conocimientos de medicina natural y otras materias que les sirviesen para subsistir, estableciendo varios círculos de defensa en torno a los poblados, con trampas para contener a los perseguidores.

Asimismo, cosechaban y almacenaban alimentos para la comunidad en silos ocultos. También recibían ayuda de ONG's, que hoy les aportan becas de estudio, tecnología, clínicas sanitarias e infraestructuras de saneamiento. Una de ellas es Cultura Indígena Principado de Asturias (CIPA). Firmada la paz en 1996 se fue restableciendo la normalidad en todo el territorio pero los indígenas fueron distribuidos por poblados muy distantes para disolver su organización en tanto la violencia de las maras y el narcotráfico se va extendiendo por todo el país, la corrupción es alarmante y la justicia prácticamente inexistente.

En este contexto, próximamente se celebrará la segunda vuelta electoral con candidatos de la oligarquía. Mientras, desde las prisiones los encarcelados, el exmilitar Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti, también acusada de fraude aduanero, asociación ilícita y cohecho, han insinuado que pronto abandonarían la prisión por su influencia y su oscuro poder económico. Al tiempo, el país está en manos de multinacionales mineras e hidroeléctricas, que no respetan el estado civil, las mínimas normas medioambientales y de seguridad y destruyen la naturaleza y la salud de los pobladores. El monocultivo de caña en las grandes fincas del Sur y de palma en reservas de la biosfera como los paraísos naturales de Peten y las Verapaces, en el norte, de ríos, bosques nublados y especies animales únicas y singulares, dejan sin tierra para que puedan vivir los pobres campesinos nativos sin recursos.

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