Hay gente que es mala. Últimamente son muchos los expertos -psiquiatras, psicólogos, jueces y policías- que lo repiten, como queriendo subrayar que la mayoría de las personas que cometen esos monstruosos delitos que sobrecogen al resto no son enfermos mentales, son malos, algo muy cierto. Las estadísticas dicen que, en proporción, las personas con algún tipo de enfermedad mental cometen menos crímenes y otros delitos que las que no tienen estas patologías. La mayoría de los pedófilos no tienen trastornos graves y suelen ser personas de quienes se diría que están adaptadas socialmente, lo mismo que algunos de los autores de las muertes de mujeres por violencia machista o los que cometen abusos sexuales. ¿Y qué decir de la crueldad sin límites que algunos ejercen en las guerras o de quienes se asientan en el crimen? Mantener el bien despierto no evita el mal, pero le planta cara con bravura. En un enfermo mental sólo hay enfermedad y padecimiento. Nunca maldad.
