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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Torga el memorioso

El sacerdote Alberto Torga presenta, itinerante, el segundo tomo de sus fecundas memorias, y siento la necesidad de compararlo con Ireneo Funes, aquel personaje de Borges con rarezas tales como saber siempre la hora, como un reloj. Ese Funes literario de memoria detallada y prodigiosa era capaz de recordar cada sucedido de su vida con precisión matemática. Con idéntica minuciosidad, Torga ha sido capaz de "sintetizar" en dos tomos que suman más de 1.500 páginas todos sus recuerdos y vivencias, desde detalles de lo más liviano a acontecimientos simpares de ámbito planetario. Octogenario lúcido, si no fuera porque sonaría a sacrilegio cabría pensar que el cura de Nava ha firmado un pacto con el diablo para conservar una cabeza prodigiosa, con tantos habitáculos como el castillo de Neuschwanstein, mandado construir por Luis II "el Loco", de Baviera. Tengo miedo que Torga padezca de hipermnesia, la enfermedad de los recuerdos, el síndrome del sabio.

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