Fenómenos

Me provoca esta reflexión Claudio Menéndez Junquera, con quien coincido en la Fiesta Literaria de la Mar, que contra galernas y vagamares llevan adelante con éxito los Amigos de Cudillero y su presidente, Juan Luis del Busto. Claudio es una personalidad extraordinaria, vocada y volcada al servicio de los otros a partir de su Grao de residencia (nació en Xixón).

La panoplia de su entrega y sus servicios a la comunidad, no sólo moscona, no puede ser más variada ni exitosa: la afamada durante tantos años orquesta de "Los Archiduques", el Club Patín Areces-La Polesa, y, ahora, entre otras muchas cosas, impulsa la plataforma que trata de conseguir que de una vez se termine la autovía Uviéu-La Espina. Todo ello, además, de forma incansable, con enorme entusiasmo y con la paciencia necesaria para seguir los objetivos hasta conseguirlos.

Como don Claudio existen en toda Asturies cientos de personas que entregan parte de su tiempo y su existencia, y, en más o en menos, una parte de su dinero en gastos, a los demás. Constituyen parte fundamental de eso que se llama pleonástica y tontamente "sociedad civil" (¿qué otra cosa podría ser una sociedad más que "civil"?, ¿acaso "incivil", tal vez "militar"?): no sólo la vertebran, sino que inventan, crean para ella nuevas formas de ser, de ver o de existir, acaso consiguen dotarla de servicios o medios que, sin su influencia o insistencia, nunca existirían o tardarían años en llegar.

Es cierto que no dejará de haber en cada uno de ellos, como en todos nosotros, sus gotas de vanidad o, tal vez, la imposibilidad de estar sin hacer nada. Pero eso, que en otros es sustancia intransitiva, ellos lo convierten en impulso social. Es esa la razón por la que los demás deberíamos ser generosos en el reconocimiento y gratitud a estos fenómenos.

Y, en el caso de don Claudio, cambiar la definición de la palabra: "Persona o cosa que sobresale en algo y, especialmente, el que lo hace en muchas cosas".