La advertencia del diputado Antonio Trevín de que cierta normativa europea vetará que se abra un solo tubo del túnel principal de la Variante de Pajares, el de 25 kilómetros, nos proporciona cierta confianza y también perplejidad. Trevín, congresista por el PSOE, explica que debido a la condición singular del túnel (el segundo más largo de España y el quinto o sexto del mundo), requiere unas medidas de seguridad de gran fortaleza, de modo que cada uno de los dos tubos sirve para el tránsito de trenes, evidentemente, pero también para la evacuación rápida de los viajeros si en el otro tubo se produce un accidente. Por ejemplo, no hay peor infierno en la tierra que un incendio dentro de un túnel, una circunstancia que en pocos minutos sentencia a muerte a decenas o cientos de personas. Cierto es que el gran túnel bitubo cuenta con dos galerías de escape (Folledo y Buiza), pero también con pasillos de comunicación entre ambos tubos cada 400 metros, es decir, que dependiendo de dónde se produzca el accidente, Folledo y Buiza quedarán más o menos distantes (¿se imagina usted corriendo varios kilómetros camino de esas galerías?), pero esas comunicaciones entre los tubos facilitan que sólo haya que correr un máximo de 200 metros para pasar al otro tubo. Curiosamente, Fomento ha explicado que se abrirá un solo tubo al tráfico y que el otro estará finalizado para entonces y será perfectamente accesible. Pues bien, justo ahí es donde surge el interrogante básico: si ambos tubos están libres de polvo, agua y paja, ¿por qué Fomento insiste en abrir un solo tubo? Dado que la ministra Ana Pastor se ha vuelto cada vez más oscura con Asturias, no nos queda más remedio que lamentar esta trampa ministerial. En cuanto a Trevín, tenemos confianza en que persevere en su advertencia y logre doblegar a Fomento. Pero nuestra perplejidad consiste en que tiene que venir un diputado nacional para denunciarlo porque el Gobierno durmiente del Principado no ha planteado la suficiente batalla al respecto.
