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Cien líneas

Escuadrilla

Martes y 13 que parece un lunes con cualquier guarismo y en todo caso a tiro de piedra de las generales, que es lo que cuenta. Por el medio, el Desarme; los Difuntos, vulgo Halloween; el veranín de San Martín -aviso con tiempo a los gochos: que nadie se llame a engaño-; el Día de Acción de Gracias, con pitu caleya para la cena para asturianizar la cita; la fiesta de la Constitución, supongo que la última, y Santa Lucía, mengua la noche y crece el día. Lo vamos a pasar de miedo. Y si el 22 nos cae el Gordo, imagínense.

Los que mueven todos los hilos ya corren por la recta final de las elecciones.

Primero, una encuesta fantasma, obviamente muy hinchada aunque al final la recortaron un poco para que no diese risa. Buena forma de animar el voto a Ciudadanos.

Después, aunque prácticamente de forma simultánea, el duopolio televisivo, que es quien pone y quita gobiernos, vuelve a inflar el globo de Podemos.

El jueves, gracias a un juez que prefiero no calificar, Mas pasará de pelele a héroe de la nación catalana y a partir de ahí puede ocurrir cualquier cosa, incluida la declaración de independencia, que se daba por superada.

No sigo. Es todo de vergüenza. Que nadie se engañe, en el programa están anotados los siguientes pasos y se van a seguir de forma inexorable.

A estas alturas, no hay ignorancia posible.

Pedro Sánchez será el nuevo presidente del Gobierno, apoyándose, a un lado y a otro, en Podemos y Ciudadanos. Vaya escuadrilla.

Rajoy sobra tras cumplir servilmente la hoja de ruta de ZP y ahora toca cargarse la Constitución, o sea, a España. El tripartito en ciernes está perfectamente preparado para tal faena.

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