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Alberto Menéndez

Chocante fichaje

La incorporación de Irene Lozano (UPyD) al PSOE

Entender por qué el líder del PSOE, Pedro Sánchez, decidió fichar a la exdiputada de UPyD Irene Lozano para incluirla en la lista electoral madrileña no es que resulte difícil es que es casi imposible. Por supuesto que la que fuera una de las personas de máxima confianza de Rosa Díez aportará algo positivo a la candidatura socialista, como lo haría cualquier otro político con su experiencia parlamentaria. ¿Pero realmente le renta al secretario general del PSOE apostar por Irene Lozano en contra del criterio de importantes barones del partido, entre los que se encuentra el secretario general de la Federación Socialista Asturiana, Javier Fernández?

Da la sensación de que Pedro Sánchez tomó la decisión de sumar a su proyecto a la exparlamentaria de UPyD sin consultar con el resto de los dirigentes de la organización. De ahí la airada respuesta de varias organizaciones territoriales. No sólo la asturiana, también la andaluza o la extremeña, entre otras. Todas ellas incómodas por la incorporación a las listas electorales de una persona que en los últimos años se destacó por sus duros ataques al PSOE y a sus dirigentes.

Así, por ejemplo, Irene Lozano acusó al PSOE y al PP asturianos "de sellar un pacto para blindar la ley Electoral que les otorga su poder fraudulento". Además, esta persona va en un puesto muy relevante de la candidatura por Madrid, el cuarto, cuando Eduardo Madina, un político con larga trayectoria socialista y que le disputó a Sánchez la secretaría general en el último congreso del partido -precisamente fue a quien votó la mayor parte de la delegación asturiana- ocupa la séptima plaza.

Pero tampoco resulta fácil de explicar cómo es que Irene Lozano, después de todo lo que despotricó contra el PSOE, acabó aceptando la propuesta de Sánchez. Lo que no ofrece ninguna duda es que son este tipo de actuaciones las que siguen desprestigiando a la clase política. La imagen que se da no es la de la renovación que ellos dicen propiciar con este tipo de actos, no, la percepción ciudadana es la del apego excesivo al sillón, al cargo. Por encima de todo.

Quizás piense Pedro Sánchez que con estos golpes de efecto gana adeptos. La verdad es que lo único que consigue es crispar a los suyos.

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