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Javier Morán

El cormorán

Javier Morán

Democracia fallida

Una Iniciativa Legislativa Popular que había entrado en la Junta General del Principado en 2009 se despeñó ayer al ser rechazada por una mayoría cameral su toma en consideración. Han escuchado bien: sus señorías han tardado seis años en resolver, lo cual es como para que se nos abran las carnes. No negamos que durante ese sexenio se haya podido mover algún papel al respecto, pero estudien la jugada: un colectivo o colectivos reúnen miles de firmas para avalar una propuesta de ley, se trabajan el asunto con mayor o menor destreza o acierto y lo remiten a la Junta, donde habita en limbo durante 72 meses y al final acaba archivado en vertical, o sea, en la papelera.

Pero hay más: alguien indicó ayer en la Junta que de 18 iniciativas populares que han llegado a la cámara regional a lo largo de los años ninguna ha prosperado. Y aunque no sabemos cuántas fueron o no tomadas en consideración, la conclusión provisional es que la Junta General administra una basura de democracia. Es increíble que ni una sola idea o iniciativa emanada del pueblo soberano haya tenido éxito.

Hablar de basurilla democrática no significa negar que sus señorías se lo guisen y se lo coman todo con algunas reglas democráticas. Por ejemplo, con una celeridad inusitada aprueban sus sueldos y gabelas obteniendo alianzas políticas que eviten que algún indeseable grupo político les chafe las soldadas. Es decir, aprobar las remuneraciones es cuestión de días, incluso de horas, pero tramitar una iniciativa popular es asunto para seis años.

Por otra parte, no entramos por ahora en el fondo del asunto, ya que la iniciativa de marras versaba sobre proporcionar a mujeres en trance de interrumpir su embarazo información sobre recursos para tener la criatura. No entramos por el momento, aunque nos han estremecido ciertas intervenciones de sus señorías al respecto. Digamos que la izquierda considera que el aborto y sus temas colindantes, como otros varios asuntos, son patrimonio exclusivo de sus ilustradas mentes. Pero ya avanzaremos en otro momento sobre ello. Por lo pronto, buscaremos dónde festejar esta democracia fallida y de cachondeo.

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