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Sol y sombra

Iglesias y el cantinfleo

La supuesta caída del líder de Podemos

Más de uno se está preguntando por la pérdida de empuje de Pablo Iglesias, hace un año tan sólo capaz de desatar vientos y tempestades y en la actualidad replanteándose el papel que le ha tocado representar en la política. Hay quienes relacionan su caída en las encuestas con el ascenso de Ciudadanos, otros la atribuyen al fracaso de la doctrina Syriza que pretendió importar cuando Podemos era todavía un espectáculo de masas. Sin embargo, yo creo que la principal causa del deslizamiento cuesta abajo de Iglesias se debe al cantinfleo. El cantinfleo, de acuerdo con la técnica interpretativa del irrepetible cómico mexicano Mario Moreno, consiste en hablar demasiado con escasa coherencia, en utilizar la verborrea en una dirección y también en la contraria. Él mismo admite que hay un déficit de "capacidad narrativa" en su discurso televisado.

El mensaje para tiempos de penuria que ha querido colar el líder de Podemos, su ley del embudo en relación a la vieja política y alguna de sus prácticas más reprobables, resulta que se agota. Y ahora que se da cuenta de ello, el camino emprendido hacia posturas más tibias no concuerda con su coleta ni con los planteamientos iniciales de un grupo nacido de la insurrección.

El problema para Pablo Iglesias es dónde situarse y el tiempo por lo que parece ha jugado en su contra. La socialdemocracia tampoco encaja en las expectativas creadas alrededor de la militancia podemista más radical y antisistema.

Como la política no es un juego propicio a las adivinanzas, no sabemos todavía la cuerda que le queda ni dónde estará mañana. Ni mucho menos las posibilidades que le ofrecen futuras e hipotéticas alianzas. Sin embargo, no es difícil llegar a la conclusión de que el tren al que esperaba subirse de modo exclusivo ha pasado por delante de sus narices con el fatigado bipartidismo ocupando sus vagones.

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