El PSOE ofrece un contrato ciudadano para las generales del 20-D que cumplirá sin vacilaciones al llegar a la Moncloa. Qué gente. ¿Cumplieron los anteriores contratos? Supongo que al menos los viejos recordarán cómo la oferta de 800.000 nuevos empleos se convirtió en 800.000 parados más. Y así todos lo demás aunque los GAL no figuraban en el programa ni Filesa, ni Roldán ni la Roldana ni todo lo demás. Y el guerracivilismo que desató ZP tampoco estaba escrito y prometido.
Sánchez, ya con inequívoca cara de presidente del Gobierno, no va a cumplir lo que ahora prometa. Lo que ponga en el contrato. Y, lo que es peor, va a introducir en su actuación, ya en la Moncloa, cosas no anotadas y que nos pondrán los pelos de punta.
De momento anuncia una cruzada contra los curas y las putas. Abolicionista en los dos casos.
Dejando a un lado a las tecnócratas del amor fingido, como las denominaba "La Codorniz" allá por los años sesenta, lo de la Iglesia tiene su reflexión.
La izquierda asesinó a más de 7.000 clérigos en la guerra civil. Ni Nerón. No Stalin.
Franco colmó a la Iglesia de dineros y favores.
Apenas pasados veinte años de la contienda, ya estaban los comunistas y sus cortesanos -o sea, los llamados tontos útiles- conspirando al amparo de conventos y seminarios.
Ahora, los sucesores de aquellos desagradecidos van a más y sencillamente quieren acabar con las sotanas. Y es que, compañeru, pretenden el monopolio de la fe: de ahí la educación para la ciudadanía.
Estamos viviendo una doble y paralela revolución: la de Podemos, obvia, y la del PSOE, silente. ¿Cuál es la diferencia?
