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Alberto Menéndez

Se instaura el descontrol

El catastrofismo y la política asturiana

Denunciar lo que está mal, arremeter contra la corrupción y contra los corruptos, acabar con las prácticas poco o nada ejemplarizantes de los partidos, oponerse a las injusticias; en resumen, buscar una sociedad más igualitaria es algo que debería ser consustancial a la actividad política. Desgraciadamente, no sucede así en demasiadas ocasiones. Por lo tanto, es muy loable, digno de elogio, el interés de los representantes de los partidos emergentes (Podemos fundamentalmente) por cambiar la situación, por renovar, por poner fin a hábitos perversos que han llevado a la clase política a niveles de desprestigio inimaginables hace poco.

Sí, pero sólo esta actitud contestaria, inconformista, crítica, no basta. Tiene que ir acompañada de propuestas, de planteamientos distintos a los actuales, de alternativas a fin de cuentas a las políticas que se cuestionan o que se rechazan con rotundidad. De proyectos viables, no de ocurrencias o de ideas descabelladas.

Podemos es la tercera fuerza parlamentaria y, por lo tanto, con capacidad suficiente para influir en las grandes decisiones que afectan a la región. En vez de eso se ha erigido en el portavoz del catastrofismo.

En la política asturiana se ha instaurado el descontrol. Lo sucedido en Oviedo en las últimas semanas, con polémicas infructuosas y carentes de lógica, es un claro ejemplo de ello. Pero no sólo eso. Desde las elecciones autonómicas la Cámara legislativa regional se ha convertido en un "postureo" permanente en el que lo importante no es cómo intentar llegar a acuerdos, sino ver quién es el más "gallu" del corral parlamentario.

No se puede concebir la política como un mero estercolero, como están haciendo algunas fuerzas presentes en la Junta General y en los ayuntamientos de la comunidad. No es bueno ni para quienes así actúan (no sólo Podemos). Ya bastante envilecida está esta actividad como para echar más leña al fuego. Sobre todo, si todo se reduce a desautorizar sin proponer nada a cambio.

Descontrol, esa es la palabra que mejor refleja también el estado actual de dos de las fuerzas de la izquierda asturiana de cara a las elecciones generales: Podemos e IU. Ni una ni otra saben, a menos de dos meses de los comicios, cómo van a abordar este proceso, con qué candidatos e incluso bajo qué siglas.

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