El Ministerio de Fomento sigue recibiendo con una sospechosa fluidez a las autoridades asturianas, a las que sonríe mucho y les dice cosas muy bonitas. Por ejemplo, que el plan de vías y estaciones de Gijón va como una máquina (ejem).
Sin embargo, he aquí que se desplazó hasta la Villa y Corte la consejera de Infraestructuras del Principado, Belén Fernández para ser recibida por la ministra Ana Pastor y su colaboradores. Después de la cita, Fernández manifestó que había presentado una "protesta formal" por la "deslealtad" en comandita entre Fomento y el Ayuntamiento, ya que hace unos días se reunieron bilateralmente Pastor y la alcaldes Carmen Moriyón dejando a un lado al Principado.
Pues bien, con todo lo que apreciamos a la sufrida Belén Fernández -cuya velocidad de locución nos apasiona y es sólo comparable a la de Dolores Carcedo, consejera de Hacienda y del duro Fisco asturiano-, la responsable regional de Infraestructuras no debería ponerse exquisita, ya que ha sido precisamente en un reunión bilateral con Fomento donde ha denunciado las reuniones bilaterales de los otros. Ítem más, hace unos meses también ella se reunió bilateralmente con Pastor, aunque en momentos en los que a Fomento le resbalaba Gijón.
Por cierto, Ana Pastor representó al Gobierno de Rajoy en la entrega de los premios "Princesa de Asturias", lo cual nos ha resultado llamativo y audaz. Primero, porque la ministra se halla en completo tiempo de descuento y con todos los deberes pendientes de finalizar por lo que se refiere a Asturias.
Y segundo, porque según se admira en una foto distribuida por el Gobierno regional, se cruzó con el presidente del Principado, Javier Fernández, y a ella se la ve con serísimo rostro de circunstancias y escuchando una probable filípica o rapapolvo de nuestro severo mandatario, ahora más despierto que antes.
