Ahora sí, ahora ya hay vía libre para que el PP vaya presentando a sus candidatos para las elecciones generales del 20 de diciembre. Hasta ahora había orden de silencio por parte de la dirección nacional del partido. La razón: mantener la ilusión del mayor número de diputados y senadores para evitar fugas, o ausencias, en la votación de los Presupuestos Generales del Estado. La idea era dar hasta el último día de la legislatura la imagen de un grupo parlamentario cohesionado, sin fisuras. Ya se sabe que esa unidad se resquebraja casi siempre en el momento mismo en que se empiezan a conocer los nombres de quienes forman parte de las listas electorales, o quizás sería más apropiado decir de aquellos que se quedan fuera.
Lo cierto es que hasta ahora la presidente del PP asturiano, Mercedes Fernández, ha cumplido a rajatabla con el mandato de sus superiores de Madrid. Las Cortes han echado el cierre (permanece de guardia la Diputación Permanente), el Consejo de Ministros ha celebrado su última reunión, el presidente Mariano Rajoy hizo balance y el Rey Felipe VI ha firmado el decreto de convocatoria de elecciones sin que nada se sepa de los candidatos asturianos del PP. Oficiosamente ha sonado algún nombre, pero probablemente era lo peor que les podía pasar: si esas personas tenían alguna opción, aseguran desde la dirección regional del partido, se ha volatilizado, ha desaparecido.
Así y todo resulta extraña esta actitud tan oscurantista del PP respecto a las candidaturas para el 20-D. El resto de los partidos asturianos o ya han decidido a quiénes presentarán en los comicios (PSOE, Adriana Lastra y Ciudadanos, Ignacio Prendes), o llevan muy adelantado el proceso (IU, con un gran favorito para la cabeza de cartel, Manuel González Orviz, y Foro, con dos opciones a ser número uno), o lo han cerrado en falso (caso de Podemos, cuya cúpula asturiana intenta remover a los primeros de la lista, Sofía Castañón y Segundo González, al considerar que no son fruto de un debate de carácter regional).
¿Sorprenderá el PP con sus candidaturas? Si fuera así, si lograra colocar a personas de peso en sus listas, el retraso les habría valido la pena. Pero, ¿y si no?, ¿y si es más de lo mismo? ¿Para qué tanto suspense?
