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Filosofía vs Tauromaquia

Las profesiones de banderillero, novillero y torero entran en la FP

La Filosofía a tomar vientos. En su lugar, el Ministerio de Educación ha elaborado un proyecto de 74 folios sobre una disciplina sustitutoria: "FP básica en Tauromaquia y Actividades Auxiliares Ganaderas". Era preciso mandar a los chiqueros a los filósofos, hacían pensar y nos levantaban dolor de cabeza. Saquemos a la palestra a los chicos de grana y oro, representantes (según leo en la prensa) de "una manifestación artística, desvinculada de ideologías, que forma parte de la cultura tradicional y popular". ¡Ahí queda esa joya! Y lo justifica el Ministerio de ¿Educación? diciendo que el futuro de estos profesionales del estoque y los chorros de sangre es parte esencial "del patrimonio histórico, artístico, cultural y etnográfico de España". ¡Ahí queda esa otra!

Los maletillas pasan a la reserva. Se acabaron los lances furtivos en las noches de plenilunio y las verónicas al astado de cartón sobre rueda de bicicleta. El maletilla no será protagonista en tientas, becerradas y atrocidades similares propias del estío. No tendrá tiempo, se dedicará a preparar las asignaturas que le quedaron para setiembre, por ejemplo: "Lidia y Liturgia Taurina" y "Las suertes del toreo II", además del Inglés. Gracias a nuestro egregio Ministro de Educación veremos de una vez por todas toreros licenciados, con título oficial firmado por el ministro del ramo: "Yo, Ministro de Educación, autorizo a Fulanito de Tal y Tal a usar el capote, poner banderillas y entrar a matar con eficacia y pureza". Qué lindo lucirá en el salón de la casa el diploma, colgado junto a la cabeza disecada del primer novillo, el que acribilló en el examen de licenciatura, de nombre "Sócrates".

Nada cambia bajo el sol. De la época de la Roma de Nerón a la España de Rajoy, seguimos formando en escuelas especiales, ayer, a gladiadores, y hoy, a toreros. A unos y otros se le educa en el arte de hacer correr la sangre de su oponente en combate a muerte sobre la arena del redondel pertrechados los contendientes con objetos punzantes. El morbo patológico del pueblo necesita de ese alimento festivo y nacional para que la muerte salvaje se convierta en patrimonio artístico, cultural y etnográfico. Lo del "pan y circo" ahora se entiende. Este gobierno lo entiende mejor. Momento oportuno en el que taurinos y antitaurinos se enfrentan, considerando que el crítico con el martirio del toro tira más a la izquierda y el otro a la derecha, y que estamos en víspera electoral, y tal como se encuentra el panorama es preciso asegurar el voto de los suyos. Va entonces el Ministro de Educación y asesta un duro golpe, primero a la educación en sí, y luego a los ciudadanos de sentimientos nobles con los animales.

La Tauromaquia entra en la FP. Nuestros hijos y nietos podrán escoger la digna profesión de novilleros, banderilleros o toreros, todos titulados. Dirán de nuestros retoños patrios que matan al toro con "eficacia y pureza". Por todo ello, pido para este Gobierno la vuelta al ruedo y las dos orejas. Ah, y el rabo, que no se nos olvide, el rabo, el rabo.

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