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Javier Morán

El Cormorán

Javier Morán

La paz y la furia

Es obligado comparar el estado de ánimo político en los ayuntamientos de Gijón y de Oviedo. El primero goza de una paz que casi es la de los cementerios, lo cual no significa que los ediles del gobierno municipal y de la oposición se hayan transformado en zombis. De hecho, el PSOE trata de morder aquí y allá, pero sigue manteniendo la atonía que mostró ya durante los cuatro años anteriores. Es el grave problema de la inercia y de la travesía del desierto, ahora prolongada. En cambio, la municipalidad ovetense es una verdadera caldera a presión en la que Somos Oviedo (Podemos), que estaba forzando la máquina, se ha encontrado con un vía de escape, a saber, la demoledora situación del Partido Popular a causa de la investigación judicial del "caso Pokemon". En estos momentos, Agustín Iglesias Caunedo, exalcalde y viajero, pende de un hilo, pues el partido ya ha comenzado a reclamarle explicaciones de sus periplos, gastos y fotos inolvidables. Se ve que hay furia en el partido y los célebres apuntes contables del conseguidor Joaquín Fernández ("putas y varios", por ejemplo) han hecho saltar al estrellato a los involucrados. Además, decíamos aquí que la ya cumplida dimisión del presidente del PP en Avilés, Joaquín Aréstegui, parece marcar un camino contrario al desastroso papel de Rajoy con la corrupción de sus alrededores. La presidenta regional del PP, Mercedes Fernández, fue objeto de aproximaciones por parte de la trama "Pokemon", pero se escurrió de ellaa. Por tanto, tiene las manos libres para desatar la furia y limpiar a fondo.

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