Tanto paro, tanto problema económico, tanta imposibilidad para llegar a fin de mes y tanto trabajo precario, y resulta que los españoles somos más felices que perdices. Así lo indica el barómetro del CIS de octubre según el cual un 13,9% de los españoles se declaran completamente felices y nada menos que un 75,8% puntúan entre 7 y 10 su nota de felicidad en una escala del 0 al 10. No sé si es que somos tan felices por ser bobos o por ser sabios porque, aunque anden en el nirvana, un 70,4% cree que la situación política es mala o muy mala y un 64,6 opina lo mismo de la situación económica y, en general, la gente no se muestra muy esperanzada de que esto mejore. Entonces, ¿por qué somos tan felices? ¿Qué motivos hay?
Será por amor y salud porque por dinero lo dudo, dado que sólo un 31,7% de los encuestados admite que su situación económica es buena o muy buena, lo que nos lleva a concluir que hay gente tan pancha pese a llegar con apuros a fin de mes, pese a una tasa de paro del 22% y pese a que hay un 29% de personas en riesgo de exclusión social. Un factor que puede influir en nuestra incomprensible felicidad es el sol como dicen por ahí, aunque no creo, porque los países más felices del mundo, según la ONU, son Dinamarca, Noruega y Suiza y allí la mitad del año está helando y la otra mitad, nublado. La dieta mediterránea no va a ser, sobre todo si uno no puede hacerse una mariscada alguna vez entre las lentejas y la lechuga... No sé. O sí...
Preguntando entre los compañeros, parece claro. El que no toma prozac toma paroxetina y, el que no, va loco de herbolario en herbolario buscando un tranquilizante que funcione, por no hablar del que está en un club de cannabis y anda a golpe de porro. Tal vez algunos somos felices porque vivimos adormecidos para no enfrentarnos con lucidez a la realidad y otros simplemente preferimos mirar para otro lado y sacar partido a los pequeños momentos dejando lo de el paquete completo de salud, dinero y amor para las canciones.
