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Un cop de falç

La frenética política del toma y daca en Cataluña hasta las elecciones generales

Como cantaba en su día Lluis Llach "fe és un cop de falç". Un golpe de hoz. Y, zas, los separatistas, entre los que figura destacadamente el cantautor, lo acaban de ejecutar sin un pestañeo. El que da primero da dos veces. Pero la siega siempre es larga, veremos cómo transcurren las futuras y duras jornadas de sol a sol que, para el caso, serán de sombras y penumbras.

El Tribunal Constitucional, pocas dudas cabe, va a invalidar la resolución independentista aprobada el lunes por el Parlament. Y entonces, según acaba de indicar Javier Zaragoza, fiscal jefe de la Audiencia Nacional, las maniobras en curso pueden ser constitutivas de delito de sedición, penado con hasta 15 años de prisión, y los de prevaricación, desobediencia, usurpación de atribuciones y uso indebido de fondos públicos. Para los no aforados la Audiencia Nacional sería competente y el fiscal jefe ya ha puesto en prevengan a los Mossos d'Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil. La clase de tropa del tinglado independentista pueden llevarse todos los palos.

Contra golpe. De hoz o de coz, qué importa: Artur Mas acusa al Estado de "pagar a confidentes que montan mentiras" para frenar el proceso soberanista. Una alusión transversal que apunta al martirologio. Solo le falta añadir eso de "si a mi me pasa algo ya saben quién ha sido".

Lo que le ocurre es que está perdido porque Moisés nunca llega a la tierra prometida. A ver si el nuevo arzobispo de Barcelona, monseñor Omella, instruye a la casta en los saberes bíblicos.

El plan de quienes están a punto de empujar por la ventana al sucesor de Pujol es acabar con España. Las revoluciones hace tiempo que no se llevan por puro fracaso así que es el turno para las segregaciones. No hay más. La CUP y sus tentáculos quiere trocear España porque de lo que se trata es de liquidar el Estado burgués. A estas alturas Mas es solo un compañero de vieja por no decir tonto útil. Ha sonado la hora final.

Largo me lo fiáis. Ya se habla de la Republiqueta catalana porque lo que nació el lunes no tendrá más vida que aquel precedente de 1934.

Los partidarios del sistema quieren que las cosas sigan como están. Los partidarios de la reforma, más pasta, más pasta, más pasta. Los partidarios de la ruptura van a por todas. Unos y otros y los de más allá quieren un buen resultado el 20-D así que hasta esa frontera temporal los movimientos se sucederán siempre en esa clave.

La Republiqueta no es inofensiva aunque dé risa. Vivimos en sociedades de símbolos y el paso que han dado los separatistas con su golpe de hoz es tremendo. ¿Qué sorpresas y golpes de efecto nos esperan de aquí a las urnas?

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