Un poco tarde, porque yo soy así de tardón con las noticias importantes y sobre todo las luctuosas que de alguna forma me afectan.
Hace muchos años, no sé cuántos pero sí bastantes, José Luis Balbín iniciaba la segunda etapa de su formidable programa televisivo "La Clave". Este periódico, LA NUEVA ESPAÑA, me encomendó la tarea de ir a Madrid y asistir a la presentación de dicho programa. Y para allí me trasladé un buen día, que resultó de maravilla todo él.
Para empezar perdí el autobús que iba, creo recordar, desde la plaza de España a TVE en Prado del Rey, cosa que también le había ocurrido a una señora que iba a trabajar en un programa de televisión. Nos pusimos a hablar y al pronto la reconocí: era Aurora Redondo. Nos presentamos y enseguida me dijo que era la viuda del ovetense Valeriano León. Compartimos el taxi para ir a TVE y así comienza mi agradable día.
Deambulando de una parte a otra, me presenté a Lalo Azcona, que entonces preparaba el telediario de mediodía. Creo que conservo alguna foto en blanco y negro hecha a distancia del referido telediario.
Ya por la tarde busqué a Balbín y ya no me despegué de él ni de sus colaboradores, que me trataron... ni les cuento de bien. Y allí conocí a Ladis de Arriba. Como yo trabajaba en banca y él en el Banco de España, no fue muy difícil hablar de personas y personajes de Asturias. Y enterarme, lógicamente, que era el padre de Lalo Azcona. Después de toda esa tarde observando cómo se preparaba "La Clave", nos trasladamos a Madrid y en el sótano de una cafetería nos sirvieron un maravilloso "lunch".
Y como yo tenía que volver a Oviedo, "alguien" se prestó a llevarme hasta la estación del Norte (Príncipe Pío), en un suntuoso Dodge Dard.
Y por todo eso y aquello, hoy me viene a la memoria el buen recuerdo de todas aquellas personas de un día que pasé en Madrid. Y ahora, sobremanera, de Ladis de Arriba, fallecido recientemente.
