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La mar de Oviedo

Palinuro

De Fernando del Paso, reciente "Cervantes", leí "Palinuro de México", 725 páginas pletóricas, cuando no era yo escritor sino pequeño empresario en América; desde entonces lo releo y lo suscribo, fondo y forma; mi prosa, sin saberlo, quiso parecerse a la del premiado chilango. Pregunta Sterne en "Tristram Shandy": ¿Cuándo las manzanas del agricultor comienzan a ser suyas?, ¿al sembrarlas, mientras crecen, al cosecharlas, al ponerlas en el frutero, al comerlas, al digerirlas, al cagarlas...? Yo me pregunté eso con el Nalón, ¿en qué nieve nace, en qué mar o en qué nubes se deshace, roto en lunas o esfumado en vapor? Por eso, al enterarme del premio a este Del Paso exuberante, nunca superfluo, sentí que me premiaban a mí también; de ahí vengo, y de Sterne, y fui barquero y Palinuro, y fui manzana; en el palimpsesto de la literatura, todos somos Cervantes.

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