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Cien líneas

Doblete

El ideal de libertad no es evidente. Y como lo parece, menos evidente aun. Está relacionado con la necesidad. Vamos que es libre quien hace lo que debe hacer. Lo contrario del concepto vulgar según el cual es libre quien hace lo que le da la gana.

Como dice Gustavo Bueno "la libertad sólo se abre camino a través de la lucha, de la fortaleza ética y moral; se desarrolla únicamente en el momento en que nuestra actividad ética y moral colabora en la edificación de la libertad de los demás, en tanto que son realmente distintos de nosotros mismos. Es allí cuando nuestra generosidad se desarrolla sin buscar la correspondencia ni siquiera el reconocimiento".

Tiempo para el análisis de la libertad: para combatir el yihadismo quizá haya que limitarla se dice. El mismo planteamiento que tras los atentados del 11-S. No así en Madrid en 2004 porque fue un trampantojo. Menos los muertos, claro.

Afirma que a más seguridad menos libertad es absurdo. No hay que rebajar la libertad para aumentar la seguridad. Un atentado tira por los suelos la seguridad y también la libertad.

Un nuevo escenario de hiper seguridad no supondría una merma de libertad -con el terror la libertad queda por los suelos- sino su fomento.

Leyes más duras no irían en detrimento de la libertad si no en su incremento.

Tal es la piedra de toque para saber quién es quién. Los partidarios o siquiera tibios con los asesinos se revisten de defensores de la libertad. Una manera especialmente hipócrita de salir por la tangente. O, peor, de apoyar aunque sea indirectamente y por perifrástica a los yihadistas.

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