Menudo papelón el de los representantes de Puertos del Estado en el consejo de administración de El Musel celebrado el jueves. Los tres únicos votos contrarios a la designación de José Luis Barettino como nuevo director del Puerto de Gijón tuvieron procedencia en la representación estatal. Esos tres señores votaron de mandado, tal que alguno incluso pidió después del consejo disculpas al elegido. Hubo un cuarto miembro de la parte del consejo que designa el Estado que no asistió a la reunión. Uno que, supongo, no acepta a sus años que nadie le señale con el dedo a quién no tiene que votar. Parece que Puertos del Estado no quiere al frente de El Musel a Barettino, el artífice de la defensa jurídica del Puerto en el pleito judicial por las obras de ampliación; que prefiere a alguien más dócil o con menos experiencia. Da la impresión de que terminó entre Madrid y Gijón el idilio de tiempos recientes de vino y rosa. Se les rompió el amor.
