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Cien líneas

Por la culata

Resulta que una docena de islamistas, que han viajado desde Cataluña a Siria para unirse a las filas del Estado Islámico, estaban vinculados a las asociaciones Nous Catalans, cercana a Convergencia, y Políticas de Inmigración, próxima a ERC. Esas plataformas han recibido dinero a espuertas a cambio de apoyar el proceso separatista. Supongo que recordarán aquella foto de un manifestante del Punyab que iba por las calles de Barcelona con el turbante sij y un cartel que ponía "Todos somos catalanes". Cierto. Ésa es la cuestión.

A mi juicio, y ya lo he escrito cien veces, el llamado problema catalán se acabará cuando desde el oeste del Segre pidan ayuda a los castellanos -al conjunto de los españoles- frente a los nuevos catalanes, por no decir musulmanes.

Quizá llegue tarde ese grito de socorro para unos y otros porque el exprés independentista acorta tiempos que es una maravilla.

El objetivo no es un golpe de Estado más o menos blanco como ahora y que al fin todo el mundo teme. Digo ahora y al fin porque llevan en eso desde finales de los años setenta, aunque la caída de la burra generalizada sea recientísima.

El objetivo, en la línea del últimamente tan llorado Fernández-Miranda, es ir de la ley a la ley. Y para eso, una vez celebradas las elecciones generales -las cuitas de Mas y los suyos apenas cuentan-, se lanza un proceso constituyente que será todo menos reconstituyente. El caso es hacer una nueva Constitución -dirán que es sólo una reforma- que permita la independencia de Cataluña sin rupturas. Ojo, los yihadistas pueden arruinar el plan.

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