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Javier Morán

El cormorán

Javier Morán

Un relato de Gila

Lamentamos recurrir al humor negro, pero ese cierto manga por hombro que desde hace años padecen los Servicios Sociales del Principado nos obligan a ello.

-Buenas, vengo a solicitar el salario social.

-¿Su situación?

-Sintecho.

-¿Dirección de contacto?

-Le digo que no tengo techo.

-Mire, está usted poniendo las cosas muy difíciles.

En efecto, gracias a Cáritas hemos sabido que, por más esfuerzos que realiza la excelente organización de la Iglesia, se topa con demoras de hasta dos años en la concesión de dicho salario a personas a las que atiende. Por ejemplo, a los solicitantes les piden "acreditación de residencia efectiva". Insistimos: parece un relato de Gila. Cáritas también refiere que varias de esas personas al borde de la nada padecen trastornos mentales severos.

-Buenas, vuelvo por lo del salario social; ya tengo techo.

-Usted dirá.

-Ahora suelo parar por las noches en un cajero de la calle Uría.

-Buena zona. ¿Dirección de contacto?

-Pueden enviarme el correo a El Corte Inglés, que está enfrente.

-Bien, vamos progresando. ¿Algún dato más?

-Tengo principios de esquizofrenia.

-Pues vigílelo, que la inestabilidad social es factor de riesgo. Pero en ese caso tendrá usted que volver cuando le dé el primer brote serio. Y procure no perder para entonces el cajero.

-Muy amable. Gracias.

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