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Técnico del Museo Arqueológico de Asturias

Una casa romana en el Chao Samartín

Sobre la exposición temporal "DOMVS" y el ciclo de conferencias en el Museo Arqueológico de Asturias

Desde que en 1990 dieran comienzo las excavaciones arqueológicas en el castro de Chao Samartín, los indicios de que aquel lugar y quienes lo habitaban habían disfrutado de una posición relevante respecto a otros asentamientos de su entorno fueron día a día, campaña a campaña, incrementándose. Si bien durante algunos años se consideró que tal preminencia era consecuencia de su fundación por las autoridades romanas, el progreso de las investigaciones reveló el monumental error que tal hipótesis significaba al constatar una ocupación estable y fortificada del promontorio al menos ocho siglos antes de la conquista de Augusto y consiguiente incorporación de estos territorios a los dominios imperiales.

Hoy sabemos que desde la consolidación del primer asentamiento estable y la construcción del más antiguo recinto ritual de Asturias, levantado en las postrimerías de la Edad del Bronce, el Chao Samartín ostentó una condición prevalente que se subrayaba en el paisaje con poderosas fortificaciones divisables desde la distancia. Muchas otras evidencias reiteran a lo largo de los siglos posteriores (durante el periodo conocido como Edad del Hierro) la importancia de un poblado que reúne algunas de las manifestaciones arqueológicas más genuinas de nuestra cultura prerromana: murallas de módulos, saunas rituales, cabañas de asamblea o la experimentada manipulación de metales preciosos.

Por esta razón, poco tiene de especial que la Administración romana le concediese un papel destacado en la organización de una comarca muy importante en su estrategia de control militar y explotación tributaria. Los testimonios que prueban la condición acomodada de quienes ocuparon el castro en este tiempo fueron evidentes desde el mismo inicio de las excavaciones sugiriendo la proximidad de sus habitantes a las esferas de poder de la época (vajillas de importación, monedas, orfebrería?). Lo que poco podía sospecharse era que tal familiaridad tuviese su origen en un asentamiento administrativo-militar romano instalado ¡dentro de las murallas del propio recinto castreño!

La construcción de una gran casa de porte señorial durante la primera mitad del siglo I después de Cristo es la manifestación más explícita, más rotunda y expresiva de este acontecimiento. La exposición temporal "DOMVS. Una casa romana en el castro de Chao Samartín" ha tenido como primera motivación mostrar, a través de los trabajos de rescate y restauración de los sobresalientes restos allí descubiertos, la entidad del conjunto y atender así dos de los cometidos esenciales del Museo Arqueológico de Asturias, la conservación y la difusión de nuestro patrimonio.

Pero para hacer comprensible su excepcional relevancia arqueológica, para poder valorar su utilidad como herramienta clave en el conocimiento de un periodo decisivo en el devenir histórico de nuestra tierra, era imprescindible explicar el contexto en el que estos acontecimientos se produjeron (incluida la propia historia de su descubrimiento y excavación). He ahí la razón última del ciclo de conferencias que durante los jueves de estos tres últimos meses ha reunido en torno a un millar de personas para escuchar y debatir con los mejores conocedores de este yacimiento y de su época.

La brillante y generosa colaboración de los profesores Miguel Ángel de Blas y Rosa Cid de la Universidad de Oviedo, Carmen Fernández Ochoa de la Universidad Autónoma de Madrid y Almudena Orejas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, junto con los investigadores responsables de la excavación y estudio del Chao Samartín (Olga Gago, Alfonso Menéndez, Rubén Montes y Susana Hevia), nos ha permitido componer una visión autorizada de lo ocurrido en la Hispania norteña durante el siglo I después de Cristo, meritorio balance de un cuarto de siglo de investigaciones arqueológicas en la región y justo reflejo de su compromiso con nuestro patrimonio cultural.

Gracias a su labor, el Museo Arqueológico de Asturias es hoy un poco más útil a la sociedad que lo mantiene y sus cometidos algo mejor conocidos por nuestros conciudadanos.

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