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Cien líneas

Matemáticos

La Universidad de Oviedo no tiene un euro o al menos eso dicen sus jerarcas -se quejan aún más que los campesinos o los comerciantes- y así las cosas decide dejar fuera de sus estudios a un montón de repetidores recalcitrantes que pagaban sobretasas por insistir en unas enseñanzas que les resultaban tan adversas.

Un niño de Primaria es capaz de superar en raciocinio a los pontífices del alma máter asturiana: si quieren matricularse y encima pagando doble y si admitirlos no supone ningún coste añadido -las termias de la calefacción son igual para 50 alumnos por aula que para 51 y así todo lo demás-, sólo desde niveles de conocimiento y aptitud propios de parvulario se puede rechazar esa aspiración.

Pero así es la Universidad. Quizá por eso ahora la de Oviedo tiene la mitad de alumnos que hace 25 años.

Con recordar que los titulados de FP logran trabajo antes y con mejores salarios que los graduados está todo dicho. Las enseñanzas superiores son inútiles o, incluso, restan ante el mercado laboral.

Insisto, ¿cómo es posible rechazar a cientos de repetidores que pagan, y cómo pagan, con una fe merecedora de mejor empeño si no suponen ningún sobrecoste y sí importantes nuevos ingresos económicos vía tasas endémicas?

Sólo a un profesor de Universidad se le pueden ocurrir esas matemáticas delirantes que no hace mucho llevaron a la institución a celebrar los 400 años de su fundación cuando iban 399.

¡Atención, noticia! Parece ser que los altos académicos han decidido rectificar... por razones humanitarias. El colmo.

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