El año de las elecciones municipales termina en Gijón con el malestar del movimiento vecinal por el escaso, por no decir nulo, papel que las asociaciones están teniendo en la gestión de asuntos cruciales en los que tienen voz y voto por razones legales.

En la historia de Gijón y en la idiosincracia de la villa siempre ha destacado la fuerza de sus barrios. Una ciudad vertebrada no lo es por casualidad, sino por el destacado papel que han jugado asociaciones, movimientos y personas que la han ido modelando. El movimiento vecinal gijonés ha sido uno de los más activos de España, se ha involucrado en la lucha por la mejora de las condiciones de vida de sus calles y plazas, pero también por la mejora de toda la ciudad.

Los vecinos de los barrios de Gijón no sólo lucharon por el asfaltado de sus calles, que en los años setenta del siglo pasado eran auténticos barrizales en épocas de lluvias, por tener parques o por la mejora en la red del alumbrado. Los vecinos han luchado también a la hora de reivindicar equipamientos educativos o sanitarios, así como grandes proyectos para la ciudad, más allá de los intereses de cada barriada o zona. El último caso es el plan de vías y la estación intermodal, ante los que no dudaron en coger el timón de la exigencia al observar la parálisis de los partidos políticos ante un equipamiento clave para todos los gijoneses, residan en la zona que residan.

Gijón siempre ha practicado la participación ciudadana. Resulta por ello irónico que cuando todos los partidos no se quitan de la boca la participación, incluso alguno pretende que sea la asamblea la que gobierne la ciudad, los vecinos denuncien que nunca se les ha tenido menos en cuenta. Todo por Gijón, pero sin los gijoneses bien podría ser el lema de actuación del actual gobierno local de Foro Asturias de Ciudadanos.

Gijón cuenta con seis consejos de distrito: Oeste, Sur, Este, El Llano, Centro y Zona Rural y Periurbana. Los vecinos denuncian que en la práctica carecen de funcionamiento y estructura. Un ejemplo: a los consejos de distrito les toca decidir el destino de una parte del presupuesto municipal que corresponde a su ámbito territorial. A día hoy, meses después de celebradas las elecciones municipales y constituidos el gobierno local y el Pleno, los consejos, en su mayoría, están sin constituir y los presupuestos están prácticamente cerrados.

El "número dos" del equipo de gobierno, Fernando Couto, decía hace días que "a los vecinos hay que escucharlos, siempre". Hay que esperar que el mensaje no se quede en una frase, en un intento de contentar en vísperas electorales a unos vecinos cuyos líderes dicen estar cansados y anuncian que se plantean no volver a los consejos si no se produce un profundo cambio en el sistema de trabajo. Quieren un cambio relevante y se marcan de plazo el primer trimestre del próximo año para que lleguen las soluciones.