El potencial terapéutico de la técnica de edición genómica CRISPR es enorme, al permitir corregir genes defectuosos asociados a diferentes enfermedades. Pero la alerta saltó el pasado mes de abril cuando investigadores chinos notificaron la creación de "niños a la carta", tras haber manipulado genéticamente "embriones humanos".
La posibilidad de utilizar CRISPR para modificar la denominada "línea germinal" (espermatozoides, óvulos o embriones) conlleva además que los cambios puedan ser heredados. Esta semana culminó en Washington un debate relativo a estas prácticas. Científicos y expertos en bioética llaman a la calma y acuerdan posponer manipulaciones genéticas en la línea germinal hasta que la tecnología CRISPR esté más madura y haya un consenso social global.