Oviedo, ciudad de servicios, dependiente de lo que en el cole a uno le enseñaron que era el sector terciario y que, en la ternura infantil, la memoria asociaba a tiendas y bares para acertar con la definición en el examen. La cuota de ruralidad ovetense -el martes de campo no cuenta como rural- se cubre cada año con la feria de ganado de La Ascensión. Es una cuota campestre relativa porque en la ciudad terciaria no hay espacio para lo primario así que la decisión, ya de hace años, en 2002, fue que el festival vacuno debía celebrarse en Llanera, concejo al parecer más de ganado pues allí sí que tienen un recinto ferial de primera división.
Llevó Gabino de Lorenzo allí las vacas de la Ascensión, recibidas en el municipio vecino con los brazos abiertos; El mundo ganadero lleva años adaptado a que lo suyo de Oviedo es en realidad en Llanera y no hubo mayores problemas -más allá de que algo del municipio se escape de sus fronteras, que tiene delito- hasta que el eterno hombre de la oposición, 24 años a la contra, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", entró en el gobierno después de la pirueta electoral culminada con un tripartito al mando. Y dijo que la feria de ganado tiene que regresar a Oviedo; propuso hacerla en el parque de Montecerrao, lo llevó rápidamente a la Sociedad Ovetense de Festejos y de su junta de gobierno salió con todas las bendiciones. Suficiente para prender la mecha de la indignación entre un grupo de vecinos que parecía dormido y que apenas se había hecho escuchar hasta ahora. Se han puesto manos a la obra con el mecanismo habitual: primero, agruparse como plataforma vecinal; segundo, iniciar una recogida de firma y esperar a las reacciones. En su primer comunicado deslizan que el Ayuntamiento podría tener problemas si continúa adelante con la idea, pues dudan de la legalidad de llevar la feria de ganado a una zona verde urbana y señalan a la ordenanza de parques y jardines para reforzarlo. A los otros afectados, los ganaderos, la idea no les ha vuelto locos de alegría, como se lee en la página 3 de este ejemplar. Veremos.
Las cosas últimamente en Oviedo tienen a los animales en el papel protagonista, porque el centro ecuestre El Asturcón no logra dejar atrás los serios problemas que ponen en riesgo su continuidad. El plan del Alcalde, Wenceslao López, se ha encontrado hasta ahora con el escollo del interventor municipal, que no termina de aceptar la condiciones para optar a la gestión del hípico. Ya van por la elaboración del tercer pliego y la prórroga con los actuales contratistas, Urbaser, es ya inevitable por una cuestión de fechas. Un empresario de los caballos de Emiratos Árabes le ha puesto el ojo a las instalaciones; también el Oviedo para su hipotética ciudad deportiva, pero la realidad dice que el futuro del Asturcón se ha vuelta a teñir de gris y que en esta ciudad, los caballos (y ahora las vacas) forman un lío total.
