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Alberto Menéndez

Rivera decide

La llave sobre quién gobernará España a partir del próximo día 20 la tiene Ciudadanos, y más en concreto su líder, Albert Rivera, sin el que este partido no se concibe. Al menos, eso es lo que se concluye de lo visto y oído en los primeros días de campaña electoral. Tanto populares como socialistas colocan al partido naranja en el centro de sus críticas, pero lo hacen casi por obligación, ya que de las declaraciones de unos y otros se desprende que su futuro, para bien o para mal, va a acabar dependiendo de él muy probablemente. Todas las encuestas lo pronostican. Rivera, por su parte, insiste en que puede terminar siendo el presidente del Gobierno. Lo cierto es que en los últimos meses, en los estudios demoscópicos, Ciudadanos sólo ha hecho que crecer.

Ciudadanos, a diferencia del otro partido emergente, Podemos, está recogiendo votos a derecha e izquierda, de desencantados tanto del PSOE como del PP. Su éxito está en haber sabido ocupar el centro político, ese espacio tan difícil de llenar, aunque paradójicamente, según los sondeos, es con el que más identificados se sienten los españoles.

El gran objetivo de Albert Rivera en los días que restan de campaña es seguir manteniéndose neutral. Hasta ahora su estrategia de facilitar el gobierno autonómico o municipal a socialistas o populares según cuál fuera el partido más votado le ha salido bien. Y ahí sigue, a pesar de las artimañas del resto de los partidos típicas de las épocas previas a unas elecciones como la actual. Una y otra vez el número uno de Ciudadanos elude pronunciarse sobre qué hará su formación tras el 20-D. La ambigüedad es su gran baza. Lo sabe. Y no la va a desaprovechar.

En Asturias, la formación de Rivera, según todos los sondeos, tiene asegurado un diputado, Ignacio Prendes.

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