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Cien líneas

Alquimia

Un científico español David Pérez acaba de demostrar que el llamado problema del gap espectral no tiene solución. El paso de lo micro a lo macro no es lineal. Una molécula de agua tiene poco que ver con un cubo lleno del líquido elemento. Solo la suma de las moléculas da las propiedades que se pueden observar a gran escala. Ni un átomo de hierro presenta las características de una barra de ese metal. Pérez ha demostrado que el proceso que va de lo micro a lo macro es indecidible. Un ligero cambio en las condiciones iniciales puede dar como resultado cosas muy distintas ¡imposibles de predecir! No caben los reduccionismos. Viva la emergencia. La ciencia limita a la ciencia, por así decir. Los pedantes se han lanzado a citar Gödel, Heisenberg y compañía. Con fingida melancolía lloran las limitaciones del ser humano. Menuda novedad. Claro que somos limitados. Deberían leer "Ignoramus, ignorabimus!", de Du Bois-Reymond. Ni Dios puede crear el sexto poliedro regular.

Frente a la llantina cursi hay que valorar el avance extraordinario de Pérez. Si de una base micro pueden salir resultados distintos y de imposible indecidibilidad estamos hablando de la transmutación alquimista. Y no me refiero a fabricar oro a partir del mercurio y tal y tal y tal: sería un desastre catastrófico. En ese escenario solo el bitcoin nos salvaría de la ruina.

Sí, será posible obtener, por ejemplo, aluminio o cromo o potasio con nuevas propiedades cargadas de aplicaciones maravillosas aunque aun no sepamos cómo. David Pérez no cierra una puerta: abre mil ventanas.

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