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Alberto Menéndez

Un pacto como si nada hubiera pasado

El PP asturiano, para contentar a Foro, mete en su programa propuestas que provocan al Gobierno

Presentación del programa electoral conjunto PP-Foro. No ha pasado nada en los últimos cinco años. Como mucho, algún malentendido sin importancia entre los dirigentes de la derecha asturiana. Ésa al menos es la conclusión que alguien podría sacar del acto en el que se dieron a conocer las propuestas de ambos partidos para las elecciones del próximo domingo. Pero no, ésa no es la realidad. La realidad es que en el PP regional hubo un cisma protagonizado por Francisco Álvarez-Cascos, una ruptura total del partido liderado entonces y ahora por Mariano Rajoy, una gravísima crisis que dio como resultado la aparición de una nuevo organización, Foro, creada a la medida del que durante muchos años fuera la mano derecha de, primero, Manuel Fraga y, luego, José María Aznar.

Si a los dirigentes de ambos partidos ya les resultó difícil de explicar -no sólo a la sociedad asturiana en su conjunto, sino a sus propios militantes- el pacto para concurrir juntos a los comicios del día 20, qué decir de lo sucedido en la comparecencia pública conjunta del pasado viernes. Algo surrealista. Porque de qué otra manera se puede describir, por ejemplo, la inclusión en el programa electoral de ambas fuerzas políticas del apartado referido a los fondos mineros. Veamos: el Gobierno de Mariano Rajoy deja a Asturias sin millones y millones de euros de proyectos para las cuencas mineras de la región; hay sentencias judiciales que obligan al Ejecutivo central a dar marcha atrás y cumplir con los compromisos asumidos por la Administración, sin que éste se diese por enterado, y ahora va el mismo partido que sustenta al Gobierno que cercenó los fondos mineros e incorpora en el programa electoral (eso sí, a instancias de sus coaligados los foristas) que se cumpla con el fallo judicial. ¿Es o no es inverosímil?

Vale que los populares se olvidaran de las duras acusaciones, descalificaciones e incluso insultos lanzados por el partido de Álvarez-Cascos contra el Gobierno del PP, los ministros y Mariano Rajoy, pero asumir como propias reivindicaciones que desacreditan la labor de su propio Ejecutivo va más allá de todo lo imaginable. Que es, ¿que al PP asturiano le vale todo? La obligación del Gobierno es cumplir las sentencias. ¿Por qué no lo hicieron ya? Meter en el programa este asunto no deja de ser una provocación.

Por otro lado, después de meses y meses de guerra abierta entre ambos partidos, no estaría de más que los dirigentes populares dejaran pasar el tiempo (bastante tiempo) antes de dedicarse a elogiar la figura de Francisco Álvarez-Cascos como si nada hubiera pasado. Aunque sólo fuera por una cuestión de imagen. Que no pueda haber alguien que crea que les está traicionando el subconsciente.

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