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Cien líneas

Cambio

EE UU sube el precio del dinero después de siglos en mínimos o incluso bajo mínimos. El paro está por debajo del 5 por ciento, llevan 78 meses de crecimiento continuado y la economía mejora por encima del 2 por ciento anual así que normalidad y por lo tanto también normalidad en los estándares que fija la FED. Cierto que Wall Street cerrará con pérdidas este 2016 y que los mercados se han acostumbrado a una droga de difícil superación: el dinero regalado. Pero los estupefacientes no pueden ser para siempre. Ni siquiera las medicinas son de eterna prescripción.

La decisión estaba tomada desde hace tiempo y sencillamente se fue procrastinando. El mercado la tiene descontada. Quizá de ahí la Bolsa deprimida. En todo caso, hay más.

La divisa de China avanza en prestigio. Ingresa en la almendra de las instituciones internacionales. Y el euro ya hay quien lo da por liquidado. Los países emergentes tienen su propia crisis y el gigante asiático modera el crecimiento. El petróleo por los suelos y los petroleros, a un milímetro de la ruina. Y como resultado de todo eso y de mil factores más, los tambores de guerra suenan por las cuatro esquinas? y por el centro, con un extrañísimo terrorismo yihadista desatado en el corazón del sistema.

La crisis de 2007 ha quedado atrás, al menos en EE UU, pero nada indica que los factores que la dispararon no sigan aún ahí. El hiper control diseñado para superarla es, a mi modesto juicio, como echar gasolina al fuego. Menos mal que en la mayoría de los casos, según sospecho, no se ha pasado de las palabras a los hechos. A ver.

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