Ocurre con algunas muertes cercanas. Te sacuden de tal modo, que el tiempo se detiene y la vida de los otros continúa. Los recuerdos y los sentimientos se apropian de ti. Jesús Farpón, fotógrafo, trabajó a mi lado y yo al suyo durante más de veinte años, en el desaparecido "Región" y en LA NUEVA ESPAÑA. El periodismo es una aventura cotidiana que transita por los escenarios de la vida y, en cierto modo, retrata a quien lo ejerce. En ese largo camino, de buenos y malos momentos, de encuentros y desencuentros, hay algo que se posa en el interior difícil de definir. Un día nos separamos. La última vez que hablé con él, en el bar ovetense que regentaba, le pregunté con ironía si trataba con cariño a los clientes. "No olvides que vengo de una familia de tenderos", me dijo. Ayer le despedí con enorme tristeza. Pensé en las luces y las sombras de un trayecto en el que su biografía y la mía se entremezclan. En la bruma nos veo como éramos, dos periodistas.
