De la decepción del Sporting de ayer sería injusto olvidar algunas cosas buenas. Por ejemplo, a Nacho Cases, cuyo primer tiempo fue inmejorable, tanto táctica como técnicamente. Intervino mucho, siempre para hacer lo mejor para el equipo, ya fuera en jugadas de apoyo como en acciones de apertura. Es posible que fuera más visible en ataque, pero sus intervenciones defensivas resultaron quizá más determinantes. Cases, que desde sus comienzos destacó por su claridad para ver el juego, ha ido ganando en la dimensión defensiva, a la que se aplica con abnegación e inteligencia. Cada vez defiende mejor sin olvidar por ello su vocación creativa. Eso quiere decir que avanza hacia su madurez como jugador importante para su equipo, si no la ha alcanzado ya.
