La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alberto Menéndez

Disputas intestinas

Más que ganar apoyos el Gobierno regional socialista puede acabar perdiéndolos en las próximas semanas o meses, lo que dejaría a su presidente, el socialista Javier Fernández, en una situación de extrema debilidad política, por no decir crítica. La corriente de Izquierda Unida contraria a cualquier acercamiento al PSOE, y, por tanto, partidaria de una confluencia con Podemos, ha lanzado una fuerte ofensiva encaminada a endurecer las relaciones de la coalición con el Ejecutivo autonómico. En el punto de mira de esta campaña se encuentran el portavoz parlamentario de la coalición, Gaspar Llamazares, y sus seguidores, grupo partidario de intentar hacer posible la gobernabilidad de Asturias mediante la confluencia de los tres partidos de izquierda, PSOE, Podemos y la propia IU, con una mayoría aplastante en la Junta General del Principado: 28 de 45 diputados.

Lo que sucede es que estas intenciones de Llamazares chocan con aquellos que tanto en Podemos (en Asturias son la tendencia mayoritaria) como en la propia IU insisten en que el PSOE ya no es un partido de izquierdas. O los socialistas rectifican y se pliegan a las exigencias de todo tipo de Podemos e IU o no hay acuerdos posibles, ni tan siquiera acercamiento entre las tres formaciones. Eso es más o menos lo que vienen a reclamar los dirigentes regionales del partido morado y quienes desde la coalición de izquierda les secundan en contra de los planteamientos de Llamazares. Éste, al menos por el momento, parece que cuenta con base militante suficiente para responder con garantías de éxito a los ataques del sector más crítico a su actuación, pero también es cierto que los giros de 180 grados no son extraños en la coalición. Y el fracaso electoral del 20-D seguro que suma en contra de Llamazares a la hora de analizar la labor del grupo parlamentario de IU.

No comienza con buen pie Javier Fernández el año 2016. Aunque ya sabía lo que le esperaba cuando accedió a la Presidencia del Principado con sólo 14 escaños, probablemente no esperaba el rechazo absoluto de Podemos a sus políticas y menos aún que también IU pudiera acabar uniéndose a quienes buscan la desaparición del PSOE.

Compartir el artículo

stats