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Economista y abogado

Regasificadora de Gijón, construcción innecesaria

La triste historia de una instalación que lleva acabada y parada desde 2012

A raíz de un informe publicado por LA NUEVA ESPAÑA el pasado 9 de enero sobre la regasificadora de Gijón, comencé a hacer memoria del despropósito de esta superflua instalación, que lo único que conlleva son costes inútiles para todos los consumidores de gas, ya sean industriales o particulares, pues son ellos quienes pagan, a través de su factura, tan magno despilfarro.

Decía en septiembre pasado el consejero de Empleo, Industria y Turismo del Principado, don Francisco Blanco, que el Gobierno central margina a Asturias en beneficio de Bilbao con el asunto de la regasificadora. Y, como no podía ser de otra manera, no es verdad. El consejero hacía este comentario porque Bilbao inauguraba su tercer tanque mientras que la de Gijón permanecía cerrada. Pero había tres diferencias importantes:

1- La planta de Bilbao está en funcionamiento desde 2003.

2- La decisión de la construcción del nuevo tanque estaba tomada desde el 2009.

3- Y la mas importante, al Estado no le cuesta nada. Si pierde o gana, es una cuestión de sus accionistas. Es una regasificadora privada. (En el inicio estaba participada por el Ente Vasco de Energía, Iberdrola, Repsol y BP).

UN POCO DE HISTORIA: Vamos a remontarnos en el tiempo para buscar a los verdaderos "padres" del ruinoso proyecto asturiano.

Javier Fernández, actual presidente del Principado. Siendo diputado en el Congreso y secretario de la Federación Socialista Asturiana se jactaba en una entrevista realizada el 16 de noviembre de 2006: "Yo fui quien por primera vez planteó la posibilidad de este proyecto en 1996, pero el Gobierno de Aznar no lo vio necesario".

Tini Areces, presidente del Principado en 2006 y quien consiguió que el Gobierno del PSOE incluyera la regasificadora de Gijón en la Reforma de la Planificación Energética realizada aquel año. Que, en aquella ya histórica fecha de 6 de setiembre de 2009 en Rodiezmo (junto a Zapatero, Guerra, Pajín, Aído y Villa), dijo: "La regasificadora es una apuesta por el futuro energético de Asturias. Es un gran proyecto ligado a doce ciclos combinados", Y terminó su discurso con estas bíblicas palabras: "Lo peor de la crisis ya ha pasado". El "visionario asturiano" no daba ni una. El gran proyecto está cerrado, de doce ciclos combinados se hicieron dos y lo peor de la crisis no solo no había pasado sino que duró cuatro años mas.

José Ángel Fernández Villa. Era imposible hacer algo en Asturias sin el beneplácito de Villa. Así en 1999 Initec, una empresa de la todopoderosa ACS de Florentino, hace un informe, pagado por Cajastur, sobre la viabilidad de la regasificadora. Informe que recoge la comisión ejecutiva del SOMA, a petición de Javier Fernández, ese mismo año.

Antonio Fernández Segura, persona fundamental en la decisión de la regasificadora. En el 2006 era secretario general de Energía del Ministerio de Industria. Persona bien conocida por Javier Fernández, por Areces y por Villa, pues estuvo de director de Control de Hunosa en la época de Juan Gómez Jaén y posteriormente fue nombrado por el Gobierno socialista asturiano director general del Idepa en el 2003.

José Montilla, catalán nacido en Córdoba, primer ministro de Industria del Gobierno de Zapatero. En política desde los 23 años e instigador de la OPA de Endesa a favor de la catalana Gas Natural (que gracias a Pizarro no se llevó a efecto y los accionistas pudieron ingresar el doble de lo que les pagaba Gas Natural). Montilla fue importante, pues al final fue quien bendijo el proyecto.

José Luis Rodríguez Zapatero y su Gobierno. Todos ellos aprobaron la Planificación Energética de Abril de 2006, donde estaba incluido este proyecto.

LA REGASIFICADORA DE GIJÓN: Se comenzó en plena crisis, octubre de 2009, y se terminó en plena crisis, noviembre de 2012. Junto a la de Ferrol es la más pequeña de las siete que hay en España. Tiene dos tanques con una capacidad de 300.000 metros cúbicos. La inversión fue de unos 380 millones de euros. Fue realizada a petición del Gobierno por Enagás y en la actualidad permanece cerrada. El coste de mantenerla cerrada supone al sistema unas pérdidas de 26 millones de euros al año. Enagás tiene asegurada la inversión por ser una planta aprobada por la Planificación Energética de 2006. El Gobierno del PP aprobó la hibernación de la planta al considerar que el consumo de gas había descendido mucho, que había una sobrecapacidad de regasificación en España y que abierta costaría unos 14 millones más al año.

LA REGASIFICACIÓN EN ESPAÑA: Cuando se estudia la regasificación en España, lo primero que uno se pregunta es ¿cómo España tiene el 33% de la capacidad total de la Unión Europea? Llama la atención que de las 21 plantas que hay en la UE siete se encuentran en nuestro país. Alguien podía argumentar que España está aislada y que las conexiones con Europa son pequeñas. Y es verdad, pero aun así la capacidad es muy superior a las necesidades. Vamos a verlo: En la actualidad las plantas de regasificación de España están utilizadas solo en un 20%. Quiere esto decir, que en 2020, y en el mejor de los casos, seguiría sobrando el 75% de la capacidad total.

LOS GASODUCTOS EN ESPAÑA: Aunque parezca otra cosa, los gasoductos son otro de los problemas que tienen las plantas regasificadoras en España. En 1996 se inauguró el gasoducto del Magreb, desde Argelia a Tarifa (participado hoy por Sonatrach, Gas Natural y Transgas). Este gasoducto marcó un hito en España pues nos aseguraba el suministro del gas de Argelia. Pero en 2011 se abría uno nuevo, el Medgaz, desde Argelia a Almería (participado por Sonatrach, Cepsa, Iberdrola, Endesa y Engie). Aunque es evidente que, cuantas más conexiones, la seguridad de suministro es mayor, también lo es que el exceso produce un coste innecesario. Así, en la actualidad, el 55% de las importaciones de gas de España vienen vía gasoducto y no por vía marítima. Por lo que hoy el excedente de regasificación es mucho mayor que antes de la incorporación del Medgaz. Además hay dos gasoductos de conexión con Francia, el de Larrau en Navarra, inaugurado en 1993, y el Euskadour en Irún, en funcionamiento desde 2010. Y, a mayor abundamiento, en 2017 comenzará a operar el Midcat, que unirá Cataluña también con Francia.

EVOLUCIÓN DEL CONSUMO DE GAS EN ESPAÑA: Hasta el año 2008 el aumento del consumo de gas en España fue muy importante. ¿Qué ocurrió para que se desplomara? Desde el año 2008 al 2014 la reducción del consumo fue de aproximadamente un 25%, pasando de los 405.000 Gw/h a 305.000 Gw/h. Los motivos fueron tres:

1- Crisis económica.

2- Impulso de las energías renovables, sobre todo la eólica

3- Reducción de los precios del carbón.

Durante el año 2015 aumentó un 5%, debido a la mayor producción industrial y a la baja producción hidráulica, produciéndose un consumo de 320.000 Gw/h. ¿Y que pasará en el futuro? Todo parece indicar que del 2016 hasta el 2020 el consumo aumentará entre un 10% y un 15% en total, lo que, en el mejor de los casos, nos llevará a unos 365.000 Gw/h, lejos todavía del consumo del año 2008. Aunque es difícil hablar a más de cinco años vista, sobre el 2030 es posible que el consumo aumente de manera importante, sobre todo el de producción eléctrica. El cierre de las centrales de carbón por el impacto medioambiental, el posible cierre de las nucleares por la sensibilización de la sociedad y el menor incentivo a las renovables por su alto coste pueden hacer que lleguemos a un consumo de unos 550 Gw/h anuales.

CONCLUSIÓN: La regasificadora de Gijón nunca se debió de aprobar. Las razones son las siguientes:

1- Cuando se aprueba en el año 2006 introducirla en el Plan Energético Nacional había cinco regasificadoras en España (Barcelona, Sagunto, Cartagena, Huelva y Bilbao), y estaba en construcción la de Reganosa en Ferrol. Por lo que la capacidad ya era a todas luces excesiva.

2- Cuando se comienza a construir en el 2009, España estaba en plena crisis y el final de la misma, aunque algún "visionario" lo veía muy cerca, todo el mundo veía que iba para largo. Por lo que el consumo de gas bajaría (ese año ya lo hizo), y los proyectos industriales se paralizarían (10 ciclos combinados no se construyeron en Asturias).

3- En el año 2000, CEPSA y la compañía argelina Sonatrach firman un acuerdo para la construcción de un nuevo gasoducto entre Argelia y España. En el año 2006 comienza la construcción. La incorporación de esta instalación haría innecesaria un 40% de la capacidad de regasificación ya instalada en el 2006. Pues, como se demuestra ahora, el 55% del suministro de gas viene de Argelia a través de los dos gasoductos.

4- Cualquiera que hubiera hecho una proyecciones a largo plazo, vería que en el 2030 todavía sobraría el 60% de la capacidad de regasificación construida en España.

5- Tarde o temprano, como así se está produciendo, se conectaría España con Francia. En 2010 se hizo Euskadour y en el 2017 se terminará el Midcat. Esto permitirá exportar gas a Francia y a Europa por gasoducto, pero también permitirá importar gas de Rusia a través del gasoducto europeo.

6- En el 2008 hay un estudio que desaconseja su construcción por innecesaria, pero la maquinaria política/propagandística está en marcha y no se le hizo ningún caso.

7- Como ocurrió en muchos de los proyectos públicos realizados en los últimos quince años, no se hizo una proyección de resultados. Por lo que nadie se paró a pensar cómo se iban a rentabilizar los 380 millones de euros que se invertirían.

8- Encima, como lo que se hace mal se hace casi siempre de prisa y corriendo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, ante una impugnación de Los Verdes de Asturias, declara la nulidad de la autorización del Ministerio de Industria de 2008 para su construcción. Lo que viene a decir que lo construido esta ilegalmente construido por estar a menos de dos kilómetros de distancia de un núcleo urbano habitado.

En definitiva, queridos lectores, está es la triste historia de la regasificadora de Gijón. Un proyecto que, como muchos otros, nunca se debió de realizar. Un proyecto, producto de la ensoñación de unos iluminados con sueños de grandeza, que gastaron nuestro dinero al margen de cualquier racionalidad económica. Unos, por pedir lo absurdo sin ningún rigor, y otros, por concederlo sin ningún reparo y estudio, son culpables, una vez más, de este despilfarro público.

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