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Alberto Menéndez

Reveses electorales

El bipartidismo salió tocado de los comicios del 20 de diciembre. Las dos formaciones que acapararon el poder en España en las últimas décadas, PSOE y PP, sufrieron serios reveses electorales, perdieron millones de votos. Pero la respuesta de sus dirigentes y militantes ante los frustrantes resultados ha sido muy diferente. Mientras los populares, al menos por el momento, parece que han asimilado sin mayores problemas internos la importante reducción de sufragios y no han puesto en cuestión el papel del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, los socialistas han respondido a su líder, Pedro Sánchez, con duras y constantes críticas. Cierto es que habrá que ver qué pasa en el PP en las próximas semanas si Rajoy finalmente no logra algún tipo de pacto que le permita continuar al frente del Ejecutivo.

El líder del PSOE se encuentra en el centro del huracán en el que se ha convertido la política española. Por él pasan, por acción o por omisión, prácticamente todas las alternativas a la gobernabilidad del país. Por eso todo lo que hace o dice tiene gran trascendencia y por eso es sin lugar a dudas el político más controvertido, pero no sólo para sus contrincantes sino, incluso, para quienes, en teoría, deberían ser sus aliados, los afiliados del PSOE.

A Pedro Sánchez le ha tocado lidiar con la etapa más dura y más negra del moderno socialismo español -los datos ahí están, nunca había obtenido el PSOE tan pocos diputados- y ha llegado a tan alta responsabilidad con poca, muy poca experiencia. Y eso se está notando. Como también se aprecia un excesivo personalismo por su parte. Y la falta de mano izquierda le está llevando a tener constantes encontronazos con los barones del partido. Está jugando fuerte, convencido de que los dirigentes territoriales de la organización, entre los que destacan la andaluza Susana Díaz y el asturiano Javier Fernández, no se van a atrever a proceder a su sustitución en un momento tan delicado como éste, con unas hipotéticas elecciones a la vuelta de la esquina.

El secretario general del PSOE ha hecho su apuesta. Y el líder de los socialistas del Principado, por lo visto con su silencio en relación con la cesión de senadores a los independentistas catalanes, ha decidido evitar las incesantes escaramuzas de los últimos tiempos con la dirección federal del partido y limitar sus pronunciamientos públicos a los estrictamente indispensables. O eso o es que quizás Javier Fernández cree que aún es posible que los barones pacten con Sánchez una estrategia conjunta.

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