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Sol y sombra

La represión franquista

La famosa Ley de la memoria histórica ha acabado por convertirse en un recurso del tedio en la corporaciones municipales de este país. La de Avilés no es distinta. Las marcas locales de Podemos e IU pedirán que se retiren del callejero los nombres de quienes participaron en la represión franquista. Por enésima vez se vuelve a un asunto tentador en tiempos de postureo, como se dice ahora. Pero sacar a colación la "memoria histórica" es como recrearse en el mundo reiterativo de aquel personaje de la película de Harold Ramis que se ve atrapado coincidiendo con el Día de la Marmota de Punxsutawney. Creo que era Punxsutawney, Pensilvania.

La vida es un reloj que se detiene ¿Queremos sustituir las placas de un par de alcaldes por otros? Vale, es una tontería, la historia no va a cambiar por ello, pero adelante. Lo que sucedió nadie va a borrarlo, de igual modo que este momento que ahora nos toca vivir permanecerá con sus despropósitos y gloria. No con el recuerdo de la desdicha de haber arrastrado una guerra, pero sí con hechos significativos. Pero, nada, démosle otro repaso al callejero, aunque no hace falta para ello un consejo de la memoria, asociaciones, familiares de las víctimas, tutelado por la Universidad, etcétera. La Universidad tiene otras cosas mejores a qué dedicarse.

No quiero que se me interprete por lo que no soy, ni siquiera como a un tibio. La represión totalitaria me asquea como a cualquier ser libre, incluso en el caso improbable de que se pueda depurar como es debido después de tantos años. Me repugna mucho más que a los políticos que militan en partidos incapaces de criticar la que hoy, sin ir más lejos, se practica en Venezuela y a Podemos, por cierto, le resbala.

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