Es axioma extendido en política que no siempre es mentira no decir la verdad. Salvo cuando se ponen por escrito, las palabras se las lleva el viento. No digamos que mintieron, pero a la vista de lo que el viernes dijeron Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, podemos convenir en que ninguno de los tres son gente de palabra. A saber: Rajoy pasó de su "firme voluntad" de someterse a la sesión de investidura a "declinar" el ofrecimiento del Rey. Sánchez dijo en 2014 que "ni antes ni después de las elecciones" el PSOE pactaría con Podemos. Y a Iglesias se le fue la lengua al asegurar que "no estaré en ningún Gobierno que no presida" y que Podemos "no negocia sillones". Como ven, en política la verdad no existe, sino la verdad de cada cual. Lamentablemente, ya no hay políticos que lean a Machado: "¿Tu verdad? No, la verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela".