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Profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Oviedo y coordinador del Laboratorio de Análisis Económico Regional-Regiolab

Nuevos retos para la economía asturiana

La Asturias de hoy es muy distinta de la que se enfrentó a la reconversión industrial de los 80. La región ya no tiene déficit de infraestructuras pero enfrenta nuevos retos que requieren nuevas estrategias.

A principios de los 80 del siglo pasado Asturias enfrentó una durísima reconversión industrial. La industria tradicional pesada y el sector del carbón, en los que Asturias estaba altamente especializada, entraron en fuerte declive en toda Europa. El drama de la economía asturiana fue no ser capaz de desarrollar nuevas actividades económicas que regenerasen su tejido productivo, asistiendo a una recuperación agónica que condicionó la evolución de nuestra economía durante las tres últimas décadas.

Varios factores explican por qué Asturias no logró remplazar a los sectores en declive. Entre ellos destacaba (i) el carácter periférico de la región, agravado por unas pésimas infraestructuras de comunicación; (ii) la limitación de suelo industrial y equipamientos públicos de calidad y (iii) la reducida dotación de capital humano -trabajadores altamente cualificados- existente en aquel momento. La estrategia política que se articuló fue muy clara y estaba vertebraba por un esfuerzo sin precedentes de inversión en infraestructuras y equipamientos, generación de suelo industrial e inversión en formación. Hoy, 35 años después de que arrancase la reconversión industrial y tras tres décadas de esfuerzos inversores con el apoyo de fondos europeos y transferencias del resto del país, han cambiado muchas cosas.

Ya no podemos decir que Asturias tenga malas infraestructuras de comunicación. Según los datos de stock de capital público, facilitados por el Instituto Nacional de Estadística, disponemos ya de infraestructuras en carreteas de alta capacidad que, medido en euros per capita, casi doblan a la media nacional. En Gijón, disponemos de una de las infraestructuras portuarias más avanzadas y modernas de España, estando muy por encima de la media nacional en infraestructuras portuarias. Sólo estamos por debajo de la media nacional, a tan sólo 10 puntos de la media, en red ferroviaria, debido a la ausencia de red de alta velocidad en la región. Respecto a la localización de Asturias, es evidente que es la misma que hace tres décadas, pero el crecimiento del llamado eje atlántico, que se ha extendido con fuerza hasta Bilbao, nos deja muy cerca y muy bien comunicados con uno de los ejes de desarrollo europeo más relevantes. Ya no hay escasez de suelo para actividades industriales y los esfuerzos continuados durante años han sido rematados por la extraordinaria apuesta de ZALIA, que ha dejado disponibles más de 800.000 metros cuadrados de suelo industrial que resuelve este problema para varias décadas. Nuestras ciudades y principales núcleos poblacionales se han dotado de equipamientos de primer nivel internacional como el nuevo HUCA, el Palacio de Congresos de Oviedo, la Laboral de Gijón o el Niemeyer de Avilés.

Como en cualquier región viva aparecen nuevas necesidades puntuales que habrá que ir resolviendo. Pero en el capítulo de infraestructuras, equipamientos y suelo industrial no hay deficiencias significativas que diferencien a nuestra región del resto de España y de la mayor parte de Europa. Hace tiempo que éste ya no es el problema principal de Asturias. Sin embargo, esta Asturias que ya no tiene un lastre significativo de localización o infraestructuras sigue siendo incapaz de crecer para generar suficiente empleo, manteniéndose una continua pérdida de población. ¿Porqué?

En un monográfico especial sobre la economía de las comunidades autónomas que se publicará en breve en la revista académica "Papeles de Economía Española", Santiago Martínez, Alberto Gude y yo mismo analizamos uno a uno los principales indicadores de la economía asturiana para identificar en qué aspectos nuestra región muestra significativas diferencias respecto al resto del país que puedan explicar su dificultad para experimentar un crecimiento más intenso. Lo que hemos constatado es que Asturias ha ido convergiendo en muchas de sus variables con la media nacional, pero aún presenta tres rasgos que siguen siendo significativamente diferentes: (i) nuestra productividad es menor a la media nacional, fundamentalmente a consecuencia de la baja productividad de los servicios a las empresas, los servicios comerciales y otras actividades terciarias de mercado; (ii) nuestra economía sigue estado más especializada que la media nacional, y se ha intensificado la dependencia de la economía asturiana del sector del metal y (iii), como consecuencia de su evolución económica estas tres últimas décadas, Asturias no ha parado de perder población joven y es una de las regiones más envejecidas de España.

Creo que estos son los nuevos retos de la economía de nuestra región, en especial el reto demográfico que sintetiza el drama económico de Asturias estas tres últimas décadas. No veo que una estrategia que siga dando prioridad máxima a la inversión en infraestructuras contribuya a la mejora de la productividad terciaria, a la reducción de la especialización o a frenar el dramático declive demográfico de Asturias. Para enfrentar estos nuevos retos de la economía asturiana se necesita ser más imaginativos. Hace falta poner sobre la mesa un nuevo elemento vertebrador de la política regional capaz de influir simultáneamente sobre estos aspectos despertando la competitividad y productividad en servicios empresariales y comerciales, impulsando el desarrollo de nuevos sectores, a ser posible intensivos en conocimiento y tecnología, y atrayendo jóvenes trabajadores, profesionales con talento y emprendedores dinámicos a nuestra región. Sólo así avanzaremos en la convergencia con el resto de España y Europa y propiciaremos el crecimiento suficiente para que se cree empleo y mejoren las rentas medias. En futuros artículos resumiré algunas nuevas ideas que desarrollamos en el trabajo en "Papeles de Economía Española" que antes mencionaba.

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