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Cronista oficial de Oviedo

Hojas muertas y otros restos del otoño

A pesar de la llegada del nuevo año hay temas que se mantienen, como la polémica de las terrazas Diez años del rodaje en la ciudad de la película "Oviedo Express"

Estas hojas muertas de hoy no son las de Yves Montand, sino las hojas muertas de papel que han ido haciendo remolinos en este último tiempo. Antes se llevaban mucho los calendarios, que resumían en sus páginas de fin de año lo más destacado del tiempo que se iba, en el que no faltaban las tragedias, más o menos evitables y no evitables, la clásica filosofía del calendario, con muy diverso ropaje y la estadística previsible. También había por estas fechas de cambio de año la panoplia de calendarios nuevos, incógnitas de un futuro cercano, con sus lunas y sus eclipses y el santoral, Ahora, con tantas sabandijas digitales, no necesitamos calendario para conocer la fecha a recordar y cada vez se ven menos almanaques de papel, desde aquellos cinegéticos de Explosivos hasta los que regalaban en las tiendas de barrio, o el taco del Corazón de Jesús, dicho sea con perdón. Si lo consigue, ponga un calendario en su vida.

Terrazas

De entre los temas que saltan de un año a otro, está el de las terrazas, cuya solución no parece contentar a nadie y es asunto eternamente pendiente. En cuanto pase la primera temporada de entrada en vigor de la nueva normativa, volveremos a ver mesas y sillas danzando.

"Oviedo Express"

Se cumplen por ahora años redondos (diez) del rodaje en Oviedo de la película "Oviedo Express", que con el peculiar estilo narrativo de su director, el ovetense Gonzalo Suárez, intentó, y en parte logró, describir un Oviedo que es y no es. La película pasó sin pena ni gloria y bien merece un repaso, a toro pasado, para ver los derroteros de la ciudad. Hablo de primera mano porque aquí donde me ven tuve un papelín, e incluso con frases, aunque no se refleja en los títulos de crédito por lo que no pasará a la posteridad del celuloide. Charlas de circunstancias con Carmelo Gómez y con Aitana Sánchez Gijón, guapos y cordiales. El tedio de las esperas interminables. Bocatas en la calle San Antonio, a la vera de la casa en la que se desarrollaba la historia rocambolesca, precisamente en el palacio que todavía cuerda su pasado en algunos elementos de la fachada. Una casa preciosa, con fachada trasera a Trascorrales, ahora sumida en la tristeza y la soledad.

Creo desde siempre en los Magos de Oriente. La de los Magos de Oriente es la mayor ilusión de la infancia, preludio del mayor desengaño, antecedente de todos los que suele dar la vida adulta. En Oviedo esos magos, a los que no llamo reyes, parece que se multiplican, porque los hubo, como tales o como sus embajadores, por toda la ciudad, con barbas y bucles por doquier. A mí, como fui buena todo el año, me dejaron, junto con el revoltijo, un libro ovetense e interesante, "Historia del ocio de Oviedo", de Carlos del Cano, hermano aventajado de otro anterior. Me pongo a la tarea de revivir Oviedo de su mano, con la agridulce sensación de constatar lo muchísimo perdido. Gracias y a seguir, que hay mucha tela cortada.

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