En febrero de 1966, cuando el músico jamaicano Bob Marley se casaba con Rita Anderson y la Real Academia Española de la Lengua aceptaba nuevas palabras como alunizar, audiovisual e historicismo, se constituía la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei). Nacía como una iniciativa del entonces presidente de la Diputación Provincial, José López-Muñiz, para superar el marco competencial de la elaboración de informes y estudios que ejercía el aparato administrativo del Sindicato Vertical y cuya exclusividad defendía el gobernador civil de aquellos momentos, José Manuel Mateu de Ros. Así pues, el conflicto de competencias entre administraciones explica el que Sadei adoptase la forma jurídica de sociedad anónima y que en su capital social estuvieran presentes, además de la extinta Diputación Provincial, las Cámaras de Comercio, la Caja de Ahorros de Asturias y otras entidades financieras con presencia en la región.
En el aquel año de 1966 en el que Simon y Garfunkel publicaban su álbum de "Los Sonidos del silencio", Indira Gandhi era elegida primera ministra de la India, Manuel Fraga se bañaba en la playa de Palomares e impulsaba la ley de Prensa e Imprenta, en los Estados Unidos se producían manifestaciones multitudinarias contra la guerra de Vietnam, el laborista Harold Wilson ganaba las elecciones en el Reino Unido, fallecía Walt Disney y Franco nos convocaba a un referéndum sobre la forma de Estado, en Sadei se concluía el primer trabajo referido a un "Estudio económico sobre la instalación de una fábrica de productos derivados de la manzana", promovido por la Diputación Provincial de Asturias.
De esa primera etapa de Sadei cabe destacar la serie de informes anuales financiados por la Caja de Ahorros de Asturias, que se inauguraban en 1968 con la publicación del "Estudio sobre la estructura económica de Asturias, 1967", en la que se daba cuenta, entre otras muchas cosas, de algunas producciones hoy inexistentes en Asturias: 6.000 toneladas de trigo, 278.000 toneladas de mercurio extraídas en explotaciones de Lena y Mieres, y 166.000 toneladas de mineral de hierro, que procedían en gran parte de la explotación existente en los Lagos de Saliencia de Somiedo. El primer quinquenio de la actividad de Sadei se cierra en 1971 con la publicación de la primera tabla input-output regional que se realiza en España dentro de un amplio y detallado estudio titulado "La industria siderometalúrgica en Asturias", en el que se analizaban las relaciones interindustriales y la industria siderúrgica asturiana, así como los principales complejos siderometalúrgicos en Europa. La participación del Nederlands Economisch Instituut (NEI) en este trabajo permitió aplicar un modelo novedoso a las relaciones de interdependencia, conocido como el análisis de atracción.
Fui miembro del equipo técnico de Sadei durante la agitada década de los años setenta (golpe de Estado contra Salvador Allende, atentado de Carrero Blanco, Revolución de los claveles en Portugal, fallecimiento de Franco, primeras elecciones libres y aprobación de la Constitución) y participé en múltiples estudios e informes, entre los que destacan la elaboración de algunos trabajos pioneros en España como fueron las primeras Cuentas Regionales integradas, la puesta en marcha de un informe trimestral sobre la Coyuntura Regional y la publicación bianual de la Renta de los Municipios Asturianos. Asimismo, una década antes de nuestra incorporación a la Unión Europea, en Sadei ya se analizaban los retos que se le planteaban a nuestra región a través de un informe titulado "Asturias ante Europa". En aquellos años Sadei era una institución singular en la que se combinaba la producción de estadísticas con la elaboración de informes y estudios en los que se realizaban análisis y se incluían conclusiones, recomendaciones y propuestas sobre las acciones y políticas a emprender.
Como consecuencia de todos aquellos trabajos, el equipo de entonces tuvo conciencia de que Asturias era una región declinante, muy especializada en los sectores básicos y con una fuerte dependencia de las decisiones del sector público empresarial, que en aquellas fechas se ejercían a través del Instituto Nacional de Industria (INI). Por todo ello se entendió que era muy necesario tratar de sensibilizar a la sociedad asturiana de los problemas de futuro que planteaba una economía regional de estas características. Desde esta perspectiva se promovió -en colaboración con otros profesionales de la región- la elaboración de un análisis a largo plazo que apareció publicado el 23 de marzo de 1974 con el nombre de "Asturias año 2000. Examen crítico de un futuro incierto", en el que se perfilaban dos escenarios muy diferentes (optimista y pesimista) de las principales magnitudes de la región y que fue un novedoso ejercicio de prospectiva en el que subyacía una determinada visión para la Asturias de finales del siglo XX.
La puesta en marcha de los gobiernos autonómicos en la década de los ochenta supuso sucesivos cambios en la composición del capital de Sadei, que acabó siendo una empresa integrada en el sector público asturiano. Este cambio en el capital y la creciente financiación pública de la actividad de Sadei explican su especialización creciente en la elaboración de estadísticas, abandonando poco a poco la ejecución de estudios e informes sobre la realidad regional. Actualmente, Sadei tiene encomendada por parte del Gobierno asturiano la importante función de elaborar las estadísticas de interés público de Asturias.
Al cumplirse medio siglo de una institución que ha acumulado tan importante volumen de información sobre Asturias -sin parangón en otras regiones españolas-, sirvan estas líneas para expresar -además de mis recuerdos del centro en el que me formé como economista- mi deseo de que Sadei siga ofreciendo a la sociedad asturiana un bien público de primer orden como es un sistema estadístico de calidad: lo necesitan los ciudadanos para poder evaluar la acción política y lo precisan las administraciones para diseñar adecuadamente sus políticas.
A lo largo de estos últimos cincuenta años Sadei se ha ido conformando con el trabajo de multitud de personas, de todas ellas quiero recordar especialmente a tres que ya no están entre nosotros y con las que tuve la gran suerte de colaborar: Arturo Martín, Rosa González Corugedo y Pedro Piñera.
