La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cien líneas

Cerco

Algunas preguntas se repiten y se repiten sin hallar respuesta. ¿Por qué existiendo el buen Dios hay mal?, ¿cómo es posible que Asturias no tenga AVE siendo España el primer país del mundo en alta velocidad?, ¿a qué se debe el abandono endémico del Prerrománico?

Dejando para otro día -o para otro siglo- la primera incógnita, vayamos a por la tercera, que es la que toca, pasando por la segunda.

Teníamos un aeropuerto en Llanera y lo largaron a 45 kilómetros cuando no había ni un palmo de autopista. Ahora, encima, quieren acortar la pista mientras ciertas compañías rehúsan aterrizar la mitad de los días del año con disculpas absurdas. Y contra el AVE votaron los socialistas docenas de veces. ¿A quién le interesa que Asturias esté apenas comunicada por aire y alta velocidad? Se admiten apuestas.

Con el Prerrománico, lo mismo. Está asentado fundamentalmente en la capital de Asturias -Cámara Santa, San Tirso, Santullano, Foncalada, San Miguel, Santa María, Bendones, incluso Nora- y es cristiano aunque en Foncalada oraban a Mitra más que recogían agua.

Dios y Oviedo son los dos horrores fundamentales del régimen izquierdista que nos aprieta y ahoga desde tiempos de Maricastaña, así que el Prerrománico paga el pato.

No le des más vueltas, amigo lector. Si a ese doble morbo se añade que el Prerrománico en realidad es posromano y que el torpe equívoco parece indestructible está todo dicho.

(Para la terapia de esta semana se recomienda vivamente la "Elegía para trompa y piano", de Polesa).

Compartir el artículo

stats