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Javier Morán

El Cormorán

Javier Morán

Pato crujiente

Hay que rebobinar la cinta y escuchar de nuevo el análisis de Javier Fernández, el nuestro, el del Principado, el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), cuando el otro día dijo en el comité federal del PSOE que Pablo Iglesias (Podemos) anda metiendo demasiada cizaña en la pradera socialista. "Dice que los socialistas son muy buena gente gobernada por una hueste de mandarines", lo cual, para Fernández, significaba que "está propiciando un motín, un motín de las bases contra sus dirigentes". En una reciente asamblea de Xixón Sí Puede alguien habló de que se escucha nítidamente el crujir de "los cimientos del PSOE". Es decir, que tendríamos delante un crujiente de socialismo, algo que ahora mismo nos evoca a ese cocinero francés, Benoit Violier, que se ha suicidado a la intolerable edad de 44 años, y aun siendo, o por serlo, el mejor chef del mundo y creador de platos como el foie gras de pato crujiente. Ahora bien, cuando en la referida asamblea hablaron de "cimientos", podían estar refiriéndose a estos como los principios y fundamentos del socialismo, o bien a las bases de carne y hueso del PSOE. En este segundo caso, coincidirían con la disección practicada por Fernández, es decir, "quieren echarnos a nuestras bases encima". Baste esto para imaginar lo que el político asturiano piensa sobre la idea de Pedro Sánchez de someter a la militancia un posible acuerdo de gobierno PSOE-Podemos. No nos extraña, por tanto, que Fernández hable ya de nuevas elecciones, ya que aquí hay mucho pato tan mareado como crujiente.

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