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Cien líneas

Infierno

Un fantasma recorre España. Podemos quiere fundar un sindicato. La idea no es nueva y algo tienen según tengo entendido. Pero ahora van de verdad. Instalados como tercer grupo parlamentario y en vísperas de hacerse con seis ministerios la calle ya no es espacio de perroflautas sino de masas organizadas. En UGT y CC OO, más verticalistas que el Naranjo de Bulnes, tiemblan.

El terreno está muy abonado. Lo comenté el otro día. En Madrid, por ejemplo, se trabajan todas las semanas dos millones de horas extra que ni se cobran, cotizan o tributan. Un sencillo cálculo arroja del orden de 1.000 millones de euros al año que los empleadores -me resisto a llamarlos empresarios- roban a los empleados. Para el conjunto de España, un billón de pesetas -sí, pesetas, que el euro está en veremos- robadas al año. No hay otra palabra: robadas.

La inspección de trabajo, los fiscales, los jueces... prefiero no decir lo que pienso. Es un robo descomunal que requiere una intervención radical de las instituciones y, claro, construir en Villabona treinta o cuarenta prisiones más. No es solo una cuestión laboral, es un atraco gigantesco. Una denuncia valiente, un juez independiente y, zas, cuatro sinvergüenzas a la cárcel. Y así miles de casos más. Al tiempo.

El problema, gravísimo, está ahí. Como no se ataja las empresas se van a hiper sindicalizar con Podemos y la calle arderá.

El Papa ha dicho que el mejor ayuno de Cuaresma es pagar los salarios enteros no en negro. En España, en negrísimo porque sencillamente no se pagan.

Arderán las calles y los ladrones irán al infierno.

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