No parece que, por ahora, vaya a causar tortícolis en los cogotes de la izquierda gijonesa que Podemos (Xixón Sí Puede), PSOE e IU echen un ojo a la negociación entablada entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (Pedro y Pablo, los grandes apóstoles de la España que viene). De hecho, los líderes locales Del Fueyo y Pérez no hablan con entusiasmo de que si se diera un pacto de gobierno nacional pasarían a la acción en la Villa de Jovellanos con el fin de liberar a la alcaldesa Moriyón mediante una moción de censura. En cambio, Martín de IU, sí lo persigue ardorosamente. Sea como fuere, no se debe olvidar que Asturias y Gijón son tierras de escarmiento, resarcimiento, desquite o revancha en lo que se refiere a las relaciones entre las izquierdas. Tenemos la excepción ovetense, con el tripartito de Somos, PSOE e IU, pero a costa de andar solmenándose entre los tres. Insistimos, Oviedo es una caldera -no tan peligrosa como la Yellowstone, pero apreciable-, mientras que Gijón viene a ser una piscina de Siloé que sólo se agita de tarde en tarde para que algún tullido se arroje y se cure. En Asturias y Gijón lo que predomina es aquello que en la película "El gran Lebowski" le decía Walter a otro tipo: "Vas a conocer el dolor". ¿Hasta cuándo? El sondeo que acaba de publicar el CIS introduce un nuevo elemento: Podemos adelantaría con punto y medio al PSOE en unos posibles comicios. Esto, conjeturamos, incentivará el ánimo negociador de Sánchez y no sabemos hasta qué punto. Después, habrá que examinar el cogote de la izquierda gijonesa.
