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Fernando Granda

La hombrada del señor Rivera

El diestro difundió por las redes sociales una foto toreando con su hija en brazos

Francisco Rivera Ordóñez, conocido también como Fran Rivera y Paquirri, matador de toros, empresario, hijo, nieto y biznieto de toreros, ha insultado al personal, al fiscal de menores de Sevilla, al Defensor del Menor de Andalucía y a todo aquel que haya pensado que es un irresponsable. Para mayor chulería se siente "orgullosísimo" de su acción. Francisco Rivera Ordóñez fue portada en los medios de comunicación hace unos días cuando difundió por las redes sociales una fotografía toreando con su hija de cinco meses en brazos. Toda una hombrada.

El torero madrileño, que cuenta 42 años de edad, ha sufrido numerosas lesiones y dos cornadas graves a lo largo de su trayectoria como matador de toros. La última de éstas la sufrió en Huesca días antes de nacer su hija, Carmen, que él llevaba agarrada en su brazo en la foto mencionada. Según relataba Hola.com a raíz de ese grave percance, Rivera ha tenido otros "sustos importantes, como el que sufrió en la Feria de Abril de 2009. Francisco se quedó a merced del toro, recibiendo una brutal paliza tras ser volteado al entrar a matar". Y en 1998, "el diestro se vio obligado a suspender la temporada por una lesión de ligamentos y en 2002, tras ser volteado por un toro en la Feria de Algeciras, sufrió la rotura del ligamento derecho interno del codo izquierdo. Francisco permaneció inactivo un mes". "También sufrió una cogida la tarde de su reaparición, la del 8 de marzo en Olivenza. El toro le pegó una paliza, le pisó la cabeza estrellada contra la arena". Es decir, detenta un historial con bastantes percances como torero. Y un grave precedente: su padre falleció tras sufrir una cogida en la plaza cordobesa de Pozoblanco. Pero eso no le importa a la indefensa bebé. Que sus padres hagan con ella lo que quieran?

Nacido en una familia con larga tradición de toreros -dos de sus bisabuelos, sus dos abuelos, su padre, tres de sus tíos, uno de sus primos y su hermano Cayetano Rivera Ordóñez han sido matadores-, invocó esta disculpa cuando vio que le atribuían una temeraria imprudencia. El fiscal, sin embargo, le llamó a declarar y luego archivó el caso. Luego hubo opiniones sobre lo ocurrido. Primero las suyas al salir del juzgado. Dijo que eran un "ataque brutal al toreo" las críticas recibidas ya que la pequeña "no corrió ningún peligro jamás" y "quien lo piense es un trastornado y un chalado". Añadió que el acto forma parte de su "historia", calificó la polémica originada de "vergüenza" y, tras cuestionar ante las cámaras si el defensor "no tiene otra cosa más importante de la que ocuparse", afirmó que quiso ponerse una medalla y decir que sirve para algo. "Pues no, no sirve usted para nada". Y argumentó que corre más peligro su hija cuando la lleva en la mochila y él va andando por la calle que toreando.

Lo curioso es que han salido en su defensa gente tan dispar como la presentadora Mariló Montero, que habló del "debut de Carmen", definió el caso como "un acto de amor", indicó que la niña no podía estar en mejores manos y aconsejó al torero: "lo puedes volver a hacer, pero no subas la foto". O el ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien declaró que "jurídicamente no hay nada que imputar a nadie" y "poner a alguien en circunstancia de riesgo no justifica una imputación". Sin embargo, el Gobierno al que pertenece impone fuertes multas a quien no lleve las sillas infantiles reglamentarias en los coches. Y permite que proliferen establecimientos hosteleros en los que no se permite la entrada a niños. ¡Y a usted no se le ocurra regañar por la calle a un niño!

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