La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alberto Menéndez

Oviedo y Madrid

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tendrán hoy la primera reunión seria para explorar las posibilidades de un acuerdo que facilite la gobernabilidad de España, después de varias semanas de fuegos de artificio, de declaraciones para consumo interno sin contenido alguno. Y en este momento no está de más mirar para aquellos lugares en los que socialistas y podemistas conviven diariamente, en aquellas instituciones en las que Podemos o PSOE accedieron al poder porque así lo quisieron el partido de la rosa o el morado.

Madrid es un Ayuntamiento donde la candidatura cercana a Podemos gobierna gracias a los socialistas. Manuela Carmena, aunque no fuese la más votada en mayo, es alcaldesa porque así lo quiso el PSOE, partido que desde entonces se ha retirado a sus cuarteles de invierno en la capital del Reino, con un mínimo protagonismo.

El caso contrario es el de Oviedo, con Alcaldía en poder del socialista Wenceslao López, con los votos de Somos (Podemos) e IU, aunque el PSOE no fuese el partido más votado, ni siquiera el segundo; por delante de él quedaron populares y podemistas. Así y todo, Wenceslao López es alcalde. Pero, a diferencia de lo que sucede en Madrid con los socialistas, en Oviedo los seguidores de Pablo Iglesias no se han acomodado. Todo lo contrario, actúan como si la Alcaldesa fuera su portavoz, Ana Taboada, e intentan una y otra vez imponer sus tesis a los otros dos grupos del tripartito que en teoría gobierna el concejo, a los que minusvaloran. Los enfrentamientos entre los concejales del PSOE, Podemos e IU son constantes e incluso, en muchas ocasiones, ya ni disimulan.

Ahora, es posible (al menos eso dicen algunos de los interesados) que el modelo ovetense (no el del Ayuntamiento de Madrid, ya que en éste IU no tiene concejales) acabe trasladándose al Gobierno central. El sector mayoritario del socialismo asturiano, el que lidera Javier Fernández, está convencido de que si así fuera, si finalmente hubiera un Ejecutivo PSOE-Podemos, la manera de actuar de este segundo partido no diferiría en mucho de lo que hace en Oviedo. Y sin Gobierno, dice Pablo Iglesias, no hay pacto posible con los socialistas.

Compartir el artículo

stats