José María Merino, numerario de la Real Academia Española, ha estallado contra la letra de la canción que representará a España en el festival de Eurovisión ya que está en inglés. "Teniendo en cuenta que el español" ha dicho "es una lengua que hablan 500 millones de personas, presentarse con una canción en inglés es sorprendentemente estúpido".
La canción se titula "Say Yay!" y está interpretada por Barei, una guapa multimillonaria que canta bien, se reputa de arquitecta y padece el auto odio, la enfermedad terminal de los españoles.
El gambito me parece fatal y muy sintomático. Pero si también a la Academia le parece mal estoy por cambiar de opinión y aplaudir ese disparate. Y es que los endémicamente cooptados académicos se auto titulan inmortales, dicen que su institución es la docta casa; limpian, fijan y dan esplendor y así todo lo demás. Una soberbia paleta que da la risa.
Además, ni mu de la persecución al español en Cataluña, por ejemplo. Ni palabra de las multas por rotular en español.
Ni tampoco nada de nada ante esa horterada, digna de esclavos coloniales, de Bankia, Caixabank o Liberbank.
Una España fuerte es un problema. Se lo dijo Kissinger a Carrero en Madrid el día antes de que lo asesinaran. Supongo que se negó a arrodillarse.
Y a estas alturas de inmaterialidades y globalidades el español es más potente que la Reserva Federal o todas las bombas atómicas del mundo juntas. Por eso van a él. Por eso los siervos internos siguen el dictado de nuestros enemigos foráneos.
